"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 27 de diciembre de 2013

Desaceleración de la economía cubana

IPS 
Por tercer año consecutivo, la economía registró en 2013 un crecimiento menor al planificado, por la confluencia de golpes externos y la reiteración de ineficiencias internas.

Presionada por recortes de ingresos de sectores externos fundamentales y lastres internos que arrastra el país desde hace varios años, la economía cubana cerró el 2013 con un crecimiento inferior al avance alcanzado un año antes y, de forma más notoria, menor a los planes oficiales del gobierno. De acuerdo con el reporte ofrecido por el ministro de Economía y Planificación, Adel Yzquierdo, en reunión del Consejo de Ministros –reiterado un par de días después ante el Parlamento-, el producto interno bruto (PIB) aumentó este año un 2,7 por ciento, casi un punto porcentual por debajo del plan, que era de 3,6 por ciento.

Por tercer año consecutivo, la economía no consigue la meta gubernamental. En 2012 avanzó un 3 por ciento y 2,7 por ciento en 2011, en ambas oportunidades cuatro décimas por debajo del impulso previsto inicialmente por el gobierno. Pero en esas ocasiones ganó cada año en comparación con el anterior. La desaceleración asomó realmente con el actual cierre y se acentuaría en el 2014, año para el que el Ministerio de Economía y Planificación vaticina un crecimiento del PIB de 2,2 por ciento.

El incremento se distancia cada vez más del nivel estimado por economistas del patio como necesario para sostener el desarrollo: alrededor del 6 por ciento anual. También se aleja del 5,1 por ciento que habían proyectado las autoridades económicas como media de crecimiento anual del PIB para el quinquenio 2011-2015.

Entre los factores que golpearon a la economía desde el pasado mes de enero, Yzquierdo citó afectaciones de los ingresos nacionales en moneda libremente convertible, así como incumplimientos de la industria manufacturera, las construcciones y las inversiones.

Analistas de la prensa cubana mencionaron productos importantes en la cartera de exportaciones que sufrieron este año una caída de precios, con las consiguientes pérdidas para las cuentas cubana en moneda dura: el níquel y el azúcar. El golpe resultó más notorio para el metal, que se hundió en julio a su cotización más baja en tres años en el mercado mundial. Después de llegar a poco más de 18.200 dólares por tonelada en febrero retrocedió a unos 13.300 dólares a inicios de julio. Actualmente oscila sobre 17.000, pero con perspectivas grises.

El bombillo rojo también se encendió sobre otra de las principales fuentes de divisas para Cuba. La afluencia de turistas no superó la cantidad registrada un año atrás. Hasta el cierre del mes de octubre arribó un 1,2 por ciento menos de visitantes extranjeros, aunque altos funcionarios del Ministerio de Turismo han manifestado optimismo ante la recién iniciada temporada alta. De cualquier manera, lo más probable es que al país llegue una cantidad de turistas internacionales similar a los poco más de 2,8 millones registrados en 2012, con lo cual incumpliría las esperanzas de alcanzar 3,1 millones que sostenían las autoridades del sector todavía a la altura del mes de mayo.

En la lista de problemas reconocidos por el ministro de Economía continúan asomados viejos dilemas de la ineficiencia, la baja productividad y la incapacidad para planificar adecuadamente y cumplir luego esos planes y los contratos empresariales que se derivan.

Yzquierdo también citó entre las causas demoras en las importaciones y en la ejecución de las capacidades de crédito.

Al hacer años antes similar balance ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, mencionó críticamente la inmovilización de recursos derivada de problemas análogos a los del 2013 en las relaciones contractuales y crediticias, los procesos inversionistas y las importaciones. 



A pesar de las dificultades citadas, el ministro dijo que la balanza comercial cubana de bienes y servicios cierra con un saldo positivo de 1.256 millones de dólares. Aunque desde hace años la balanza de bienes arrastra un fuerte déficit comercial, la exportación de servicios profesionales compensa las cuentas totales. Los médicos que prestan servicios en el exterior se encargan del mayor aporte, con ingresos estimados en torno a seis mil millones de dólares.El plan de la economía para el 2014 prevé un crecimiento del PIB más moderado que en 2013, del 2,2 por ciento, informó a los diputados el ministro de Economía, Adel Yzquierdo.

A juzgar por las previsiones oficiales, el panorama no variará mucho el próximo año. La industria manufacturera tropezará con limitaciones financieras reconocidas por el gobierno ante los diputados. Por el contrario, las autoridades esperan crecimientos más sólidos en tres ramas que han definido como estratégicas: la agroindustria azucarera, las producciones agropecuarias y el turismo.

A pesar de frenos financieros –que se anticipan más fuertes para el 2014-, la circulación mercantil minorista ha crecido en ambas monedas, con un saldo favorable al equilibro financiero interno y señales de esperanzas en el entorno externo. Sin dejar de reconocer las barreras para acceder a créditos externos que enfrenta Cuba, el Presidente Raúl Castro aludió con satisfacción en el Parlamento a uno de los objetivos adoptados por el gobierno bajo su mando: recuperar la disciplina para cumplir “estrictamente con las obligaciones financieras asumidas” con el exterior. En ese sentido comentó avances importantes en los procesos de reestructuración de deudas.

Aunque el mandatario no mencionó santo y seña de países ante los diputados, recientemente la agencia de noticias Ria Novosti informó que Rusia y Cuba alcanzaron un acuerdo para condonar el 90 por ciento de la deuda contraída por el país caribeño con la antigua Unión Soviética y cuyo valor total asciende a 32.000 millones de dólares, según diplomáticos rusos y europeos.

Las mayores expectativas de los cubanos, sin embargo, apuntan en otra dirección. Tanto a escala macroeconómica como del consumidor, continúa pendiente la expresión de los beneficios derivados de las transformaciones emprendidas en la economía cubana, que en 2013 experimentaron una evidente profundización por más que Raúl Castro insista públicamente en resistir presiones para acelerar las reformas.

2013: lo que de hecho cambió en el mundo

Por Emir Sader
Como siempre, se acumulan una cantidad de hechos –entre elecciones, muertes, conflictos– que cada año se destacan periodísticamente, pero que dificultan la comprensión de los cambios en las relaciones de poder, las que efectivamente cuentan en la evolución de la situación internacional.

En la compleja trama de acontecimientos, lo más importante fue el cambio de clima en el escenario internacional. Desde que triunfó en la guerra fría, Estados Unidos ha adoptado la postura, frente a los conflictos internacionales, de imponer la militarización. Transferir el enfrentamiento al campo militar, donde su superioridad es manifiesta, ha sido la característica principal de la acción imperial. Así ocurrió en Afganistán, en Irak y en Libia por medio de fuerzas intermedias. Y todo llevaba a una repetición de este tipo de acciones en Siria e Irán.

Pero, de repente, tomando la palabra al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el gobierno ruso propuso un acuerdo para Siria que desconcertó al gobierno de Obama, el que finalmente no tuvo más que aceptar. Esto fue posible porque el gobierno de Estados Unidos no logró crear las condiciones políticas para una nueva ofensiva militar.

Primero, el Parlamento británico negó, por primera vez, el apoyo a Washington para un ataque a Siria. Después fue evidenciándose que ni la opinión pública, ni el Congreso, ni tampoco los militares de Estados Unidos estaban a favor de la ofensiva anunciada o de un tipo de ataque propuesto por el gobierno de Barack Obama.

El resultado es que Estados Unidos fue conducido a aceptar la propuesta rusa, lo que abrió las puertas a otras posibilidades, entre ellas, coincidiendo con las elecciones en Irán, hacia negociaciones políticas, confirmando el vínculo estrecho entre el conflicto sirio y el iraní.

Otro de los desenlaces ha sido que Israel, Arabia Saudita y Kuwait han quedado aislados en sus posiciones favorables a acciones militares directas contra Siria e Irán. Se fue instalando un clima de negociaciones pacíficas de los conflictos, convocándose una nueva conferencia de paz para la segunda quincena de enero, en Ginebra, para discutir un acuerdo de paz sobre Siria. Una conferencia que no plantea como condición la salida de Bashar Assad del gobierno, como se intentaba hacer anteriormente.

La oposición moderada en Siria tuvo que aceptar su participación, incluso en estas condiciones. Y aún más, tuvo la sorpresa de que Estados Unidos y Gran Bretaña suspendían su apoyo militar, dada la hegemonía en el frente opositor de los grupos fundamentalistas, apoyados por Arabia Saudita y Kuwait.

Como dos puntos determinan un plan, las pláticas sobre Siria abrieran espacio para una negociación, por primera vez desde 1979, entre Estados Unidos e Irán. Se ha dibujado así, en pocas semanas, un escenario totalmente diverso de aquel que había imperado a lo largo de los años anteriores.

Estados Unidos pasó de la ofensiva a la defensiva, en tanto Rusia pasó de actor marginal a central en las negociaciones de paz, al punto de que la revista Forbes, por primera vez, ha elegido a Vladimir Putin como el hombre más influyente del mundo, por encima de Barack Obama. Eso se debe no al poderío militar o económico de Rusia, sino a su capacidad de iniciativa política.

Así, junto a la capacidad de países del sur de resistir a la recesión en el centro del capitalismo, por sus intercambios mutuos y por la expansión de sus mercados internos hacia el consumo popular, expresando un tipo de multilateralismo económico en el mundo, la mayor novedad política internacional de 2013 ha sido un embrionario multilateralismo político que proyecta hacia 2014 las negociaciones políticas sobre Siria e Irán como los temas más importantes en la consolidación de ese nuevo clima en las relaciones internacionales.

La política económica en Cuba: balance del año que concluye (II)

Por José Luis Rodríguez*

El tema de la inversión extranjera, relanzado con la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, recibirá un impulso adicional y seguramente más integral, con el anuncio de que la Asamblea Nacional discutirá una nueva Ley de Inversión Extranjera en marzo de 2014. La participación del capital extranjero en la economía cubana fue resaltada por el presidente Raúl Castro al calificarla como “un factor de singular importancia para dinamizar el desarrollo económico y social del país”.

La decisión de trabajar con una nueva normativa legal debe encaminarse a solucionar aspectos que resultan decisivos para incrementar la capacidad inversionista del país, en medio de una coyuntura en la cual no es posible comprimir el consumo para incrementar el ritmo de la acumulación, (1) existe un elevado nivel de descapitalización en sectores como la agricultura o la industria y resulta indispensable -paralelamente- incrementar la credibilidad del país mediante el pago de la deuda externa, (2) todo ello en medio del bloqueo económico norteamericano que ya ha costado un estimado de más de 112 mil millones de dólares (3) por más de 50 años.

Otro aspecto no menos importante en las transformaciones de la política económica durante este año fue el incremento de ingresos de los deportistas cubanos anunciado en el mes de septiembre. Esta decisión colocó nuevamente en un primer plano la necesidad de un reordenamiento salarial.

Al respecto, vale la pena recordar que resulta indispensable que un aumento de las retribuciones parta de un incremento del nuevo valor creado, lo cual se sintetiza en el principio de que los incrementos de la productividad en el tiempo deben ser superiores a los del salario medio.

Sin embargo, esa proporción macroeconómica que mantiene su total validez -en 2013 se logró un crecimiento de 2,3% en la productividad frente a 1,7% en el salario medio-, no puede aplicarse mecánicamente a nivel empresarial.

Los incrementos salariales resultarían en muchos casos indispensables para estimular inicialmente una labor más eficiente, aun cuando la productividad no haya crecido previamente, y la experiencia de los esquemas de estimulación en divisa aplicados en los años más duros del Período Especial así lo evidencia.

Adicionalmente, no debe perderse de vista que para la mayoría de la población las mayores expectativas de mejoría se centran precisamente en un incremento de los salarios en entidades estatales, por lo que un mensaje positivo en ese sentido tiene una enorme importancia habida cuenta la estratificación social acumulada en el Período Especial y la aparición de altos ingresos en las formas de empleo no estatal.

Durante 2013 se reportó igualmente el avance en la elaboración de la conceptualización del modelo económico-social cubano y la preparación de las bases del programa de desarrollo a largo plazo, que abarca hasta 2030.

Para 2014 se producirán los cambios de mayor trascendencia en la esfera empresarial, donde se ha previsto una mayor flexibilización en la gestión incluyendo medidas tales como la posibilidad de utilizar los fondos en divisa autorizados para pagar a productores nacionales que sustituyan importaciones; se descentraliza la venta de activos fijos tangibles; se autoriza la venta de inventarios ociosos y de lento movimiento, y se retiene por la empresa el fondo para la depreciación de los activos, el que se constituye en fuente de financiamiento para inversiones.

Además, las inversiones no nominales serán aprobadas por el director de la Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE); (4) el impuesto sobre la utilización de la fuerza de trabajo se reduce al 15% sobre la nómina; se aportará al presupuesto el 50% de las utilidades, quedando la distribución del resto en una serie de destinos, lo cual incluye determinadas retribuciones a los trabajadores; se flexibiliza la aprobación de sistemas de pago por resultados a los trabajadores -los incrementos de pagos que resulten serán autofinanciados por la empresa-, y se establece que no se podrán planificar pérdidas.

De igual modo, el financiamiento del déficit presupuestario se hará en sólo el 30% con emisión monetaria, mientras que el 70% se cubrirá con bonos de deuda pública a pagar en 20 años, con una tasa de interés de 2,5%, los cuales serán emitidos por el Ministerio de Finanzas y Precios.

Esta medida -de gran importancia- posibilitará financiar con dinero circulante unos 2.723 millones de pesos de los 3.890 millones del déficit fiscal previsto para el próximo año.

También se destaca para 2014 el impulso prioritario a las cooperativas no agropecuarias como mejores formas de gestión social, las cuales alcanzaron la cifra de 270 al cierre de 2013, mientras otras 228 están en proceso de aprobación.

Finalmente, se ratificó que las transformaciones en curso deben seguir un ritmo que garantice su desarrollo exitoso, por lo que no es posible su aceleración desordenada.

Durante el año continuaron los reclamos de aquellos que ven en los cambios actuales el preámbulo de una transición al capitalismo en Cuba y que buscan expandir sin límites el mercado como vía supuestamente más eficiente para el desarrollo del país.

En tal sentido, el gobierno cubano ha reiterado que se trata de un proceso de perfeccionamiento del modelo socialista, donde se reconoce el papel del mercado y la propiedad no estatal pero en ningún caso se aceptan estos como preponderantes.

Estos propósitos no desmienten que se trata de un proceso complejo y difícil, que enfrenta enormes desafíos especialmente en los próximos dos años, aunque se cuenta con las condiciones indispensables para su culminación exitosa.


*El autor es asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM).
1 La tasa de formación bruta de capital fijo se ha mantenido en torno al 10% en los últimos años.
2 El incremento de esa credibilidad se manifiesta en los exitosos procesos de renegociación de la deuda que tuvieron lugar en 2013 con Rusia, México y Bulgaria, a lo que se añadieron con anterioridad procesos igualmente favorables con China y Japón, así como también conversaciones reiniciadas con el Club de París.
3 Cifra estimada hasta el 2012 a precios corrientes.
4 En el actual proceso de redimensionamiento empresarial, las empresas se agrupan en OSDE y no en ministerios, los que pasan a cumplir funciones estatales.


La política económica en Cuba: balance del año que concluye (I) 

Entrevista José Ramón Cabañas (Embajador Jefe de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington DC)



PROGRAMA: La Tarde se Mueve (Miami 14.50 am; www.latardesemueve.com)

PERIODISTA: Edmundo García (@edmundogarcia65)

ENTREVISTADO: José Ramón Cabañas (Embajador Jefe de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington DC)

FECHA: Jueves 26 de Diciembre de 2013


EDMUNDO GARCIA: Bienvenidos a La Tarde se Mueve. Como había anunciado el pasado lunes, tenemos de forma exclusiva al Embajador José Ramón Cabañas, Jefe de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington DC. Gracias Embajador por acceder a conversar con nuestro programa.

JOSE RAMON CABAÑAS: Gracias a ti Edmundo. Un saludo para tu audiencia y mucho gusto poder conversar contigo.

EG: Embajador, en noviembre Usted acaba de cumplir su primer año al frente de la Oficina de Cuba en Washington DC y me gustaría pedirle un saldo sobre este periodo de trabajo, después de haber sucedido al Embajador Jorge Bolaños.

JRC: Ha sido un año de mucho trabajo, en continuidad con la labor realizada por el Embajador Bolaños y compañeros que me han antecedido. Creo que ha sido un año en que fundamentalmente la verdad sobre Cuba ha sido más conocida en los medios, hemos tenido la posibilidad de intercambiar no solo con oficiales del gobierno norteamericano sino también con miembros de la sociedad civil de los Estados Unidos; miembros de distintas organizaciones, de instituciones no gubernamentales, en Universidades, etc., y hemos palpado de manera directa el interés de esas instituciones y esas personas por tener otro tipo de relación con Cuba.

EG: ¿Puede decirnos algo sobre su experiencia anterior en las relaciones con Estados Unidos?

JRC: Desde el año 1985 he estado viajando con periodicidad a los Estados Unidos. Llevo 30 años en el servicio exterior cubano. Algunos amigos comunes y miembros de tu audiencia recordarán nuestra responsabilidad al frente de la dirección de asuntos consulares de cubanos residentes en el exterior, que tuvo que ver también con la organización de las Conferencias sobre la Nación y la Emigración, razones que me trajeron en numerosas oportunidades a los Estados Unidos.

EG: ¿Nota usted diferencia en las reuniones con los grupos que se ha reunido recientemente con las reuniones de épocas anteriores?

JRC: Sí, indudablemente. Yo creo que a medida que pasa el tiempo, que cambia el mundo y se muestra la madurez del proceso cubano, siempre las nuevas generaciones traen un pensamiento fresco. La manera en que hemos sido recibidos ha progresado, tanto por las nuevas generaciones de ciudadanos estadounidenses como de ciudadanos cubanos que viven en los Estados Unidos, que ven los temas de una manera distinta. Cuba es un país que crece, un país que se reafirma; todos hemos luchado por llevar nuestro patronímico con decoro; y hemos encontrado más interés y receptividad por qué hace Cuba y cómo lo hace.

EG: Si usted tuviese que hacer un esfuerzo de memoria y recordar según su experiencia cuáles fueron las épocas de mayor hostilidad, a qué épocas usted se referiría.

JRC: Yo me referiría a los momentos en que algunos creyeron que el proyecto cubano llegaba a su fin. Obviamente, hubo un momento de gran hostilidad inmediatamente después del triunfo de la Revolución Cubana, y este momento sería comparable con el inicio de los años ’90, después de la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista, en que algunas personas consideraron que nuestro proyecto estaba condenado al fracaso y en ese momento fue muy grande el nivel de hostilidad. Recordemos que en esa época se aprobaron aquí en Estados Unidos proyectos de ley, que precisamente buscaban asfixiar a la Revolución Cubana y evidentemente no lo lograron.

EG: Esta pregunta que le voy a hacer no es para mí ni para buena parte de mi audiencia, pero hay oyentes y lectores que no son cubanos y se siguen preguntando cómo es que Cuba pudo sobrevivir al colapso de la Unión Soviética.

JRC: Bueno, esa respuesta la dio Fidel Castro hace mucho tiempo diciendo que sobrevivimos por nuestra cultura; que es lo que está en la base de todos nosotros. Los cubanos sabemos quiénes somos y lo que queremos, y básicamente nuestro país resistió porque los 11 millones de cubanos vivieron como un solo individuo, con igualdad, los límites que enfrentamos en esos años, y tuvimos la voluntad, también como un solo individuo, de salir adelante. Muchos economistas han tratado de analizar ese fenómeno desde lo que les enseñaron en las Universidades, desde las estadísticas, y realmente ha habido pocos procesos sociales como el nuestro, enfrentando tantas dificultades y siendo capaces de salir adelante.

EG: Quienes hemos mantenido una actitud frontal contra el embargo y la injerencia de Estados Unidos en Cuba, hemos enfocado la acción del lobby de la extrema derecha cubanoamericana en Washington DC y sus representantes federales como un factor en que ese proceso intervencionista se lleve a cabo. Sin embargo recientemente, y sé que usted está al tanto, Ramón Sánchez-Parodi quien fue el primer Jefe que tuvo la Sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos, dijo en una entrevista que la política norteamericana hacia Cuba obedecía a una razón de Estado y que este lobby y esos legisladores cubanoamericanos no eran más que simples instrumentos manejados por el gran poder del establishment norteamericano. Incluso hasta descalificó la labor anticubana de Ileana Ros-Lehtinen cuando llegó a ser jefadel Comité de Relaciones Exteriores del Congreso.

JRC: Bueno Edmundo yo coincido plenamente con lo que reflejó Ramón en su entrevista, con profundas ideas y un conocimiento pleno de la materia. Si recordamos bien, una política dirigida a que Cuba no exista como nación es muy anterior a esas personas que tú mencionas y esos grupos. El proyecto de que Cuba no existiera como nación es anterior a la Revolución Cubana. Estas personas, como sucede hoy, han sido beneficiarios de proyectos, algunos aprobados en el Congreso de los Estados Unidos, sencillamente implementados por las agencias del gobierno, y como planteaba Ramón que ponía algunos ejemplos, en los momentos en que Estados Unidos ha decidido asumir una postura respecto a Cuba en uno u otro sentido, la opinión de estos individuos y organizaciones ha sido irrelevante. Y así será en el futuro.

EG: Yo creo, y me gustaría saber su opinión sobre esto, que el día que a los Estados Unidos , al gobierno, al poder, le interese realmente un cambio de política hacia Cuba, estos sectores que financian desde Miami la actividad de los lobbies anticubanos en Washington DC serían anulados por el establishment. ¿Estoy en lo correcto?

JRC: Edmundo creo firmemente que esas personas y esos grupos, que cada vez son menores y menos significativos, son marginales para una decisión de política exterior. Ha habido mucha leyenda en relación con el significado, primero, del voto cubano en Estados Unidos, que como vemos ha cambiado y continuará cambiando. Si se toman las cifras históricas hay una tendencia, y una tendencia en estadística surge a partir del momento en que al hay al menos tres cifras que demuestran una dirección de intención. Eso es claramente así en el caso del voto cubano. Pero digo que ha habido varias leyendas en lo que se ha dicho del significado de los grupos más extremistas y su papel en función de mover la votación entre uno y otro partido. Si se revisan las estadísticas, en las últimas elecciones presidenciales, las tres zonas de la Florida donde más cubanos viven, estamos hablando de Miami Dade County, Broward County y Monroe County, siempre los resultados han ido al Partido Demócrata. Son zonas donde el Partido Demócrata tiene una presencia histórica, y con resultados. Y no por la actuación de ninguna de estas personas y grupos, se ha movido la votación en esas regiones a favor del Partido contrincante. Tendríamos que analizar además cuál es el peso del voto cubano hoy, cuál fue anteriormente, en términos generales dentro del voto hispano en los Estados Unidos, y particularmente en la Florida. Irremediablemente ahí hay una tendencia que es mucho más clara en los cubanos residentes en la Florida por debajo de 35 años y eso no cambiará, seguirá mostrándose así. Ya es hoy, pero los cubanos se asemejarán más en el futuro a lo que es una emigración económica, como sucede en otros países, y las aspiraciones e intereses se parecerán mucho a los grupos de personas que arriban a los Estados Unidos desde otros países, básicamente desde América Latina.

EG: A mí siempre me llamó la atención que en la época de la Guerra Fría, los sectores exiliados de Europa del Este que tenían un diferendo político con sus países o sus gobiernos, se opusieron a pesar de eso a iniciativas de Estados Unidos de ponerles un embargo. Es el caso, por ejemplo, de los polacos en Estados Unidos, que nunca aceptaron eso. Recuerdo una frase que encontré: “Con el jamón polaco no se juega”; porque parece que era un rubro importante de exportación. Ahora, ¿por qué en el caso cubano, a diferencia de otros, se comienza con cierto odio político al gobierno, y deriva a la crueldad de hacerle daño al pueblo y a la nación? ¿Usted tiene alguna explicación para eso? ¿Se lo ha preguntado usted?

JRC: Bueno Edmundo, desde la historia, el primer factor sería el papel subordinado y dependiente de la burguesía cubana prerrevolucionaria respecto a los Estados Unidos. Hay que ver cómo inmediatamente después del triunfo de la Revolución Cubana una buena parte de ese sector social emigró, y prácticamente entendió que desde Estados Unidos le resolverían sus problemas. Si comparamos esa situación con procesos revolucionarios sucedidos en otras partes del mundo, la burguesía local menos dependiente de una potencia extranjera permaneció en el lugar donde consideró que debía defender de alguna manera sus intereses. Esencialmente no fue así en el caso cubano; donde una parte de una burguesía emigró, y pretendió que desde aquí en Estados Unidos se resolvieran sus problemas en Cuba. Esto de alguna manera arrojó una mala luz sobre grupos posteriores; personas que nunca pertenecieron a la burguesía cubana, ni tuvieron las propiedades que tuvo la burguesía cubana, asumieron un discurso similar. Yo recientemente he tenido la oportunidad y la experiencia de intercambiar con cubanos residentes en muchos lugares del mundo y varios lugares de aquí en los Estados Unidos, que algunos irreflexivamente asumen una actitud crítica sobre temas específicos en Cuba, y les he explicado el daño que se hacen a sí mismos, porque los terceros nos ven a todos como cubanos, y algunos no entienden el daño que por problemas políticos están dispuestos a hacerles a su propio país. Y somos cubanos todos por Cuba, porque Cuba está ahí y porque Cuba lucha. Yo llamaría a aquellas personas que no tienen una posición ideológica, ni tienen una explicación para esa posición ideológica contra su país, contra sus connacionales, realmente a revalorar las impresiones que tienen con una carga de odio que es injustificable totalmente.

EG: Volviendo al mismo punto, ¿cree usted que la burguesía y la oligarquía cubana que le toca encontrarse con una revolución triunfante hace 55 años se traiciona a sí misma como clase? Porque en Nicaragua se quedaron. En Venezuela hemos visto que quedan. O sea, la burguesía cubana se traiciona como clase porque cree que el problema se lo van a resolver los norteamericanos.

JRC: Definitivamente Edmundo. Eso es algo que empezó a suceder, yo diría que a escasas horas del triunfo de la Revolución Cubana, y lo asumieron al cabo de unos meses. Es una burguesía nacional que se deslegitimó; que estaba totalmente desconectada de la realidad social del país, de las necesidades de la mayoría de los cubanos, y que con ese rol histórico marcó la condena de sus posiciones de cara al futuro. La historia no se puede reescribir; fue así, sucedió así; y definitivamente tiene un impacto sobre hechos posteriores, sobre hechos actuales.

EG: Usted mencionaba el comportamiento del electorado de origen cubano o cubanoamericano, con respecto a favorecer al Partido Demócrata en los principales condados del sur de la Florida, Monroe, Miami Dade y Broward. Volviendo ahora a la entrevista de Sánchez-Parodi, él hace un análisis de que el bloqueo no caería de una vez, sino que sería mediante un desmontaje parcial, y recordaba la carta que el entonces Secretario de Estado Henry Kissinger enviara al Comandante en Jefe Fidel Castro refiriendo conversaciones secretas entre Cuba y Estados Unidos, donde una administración Republicana, presidida nada menos que por Richard Nixon (que en mi opinión, con todas las objeciones que le puedan hacer, creo que en política exterior fue el más hábil de los presidentes norteamericanos); pues comentaba Sánchez-Parodi que no había que fijarse en si eran Republicanos o Demócratas, porque en esta materia se puede avanzar también con el Partido Republicano. Digo esto porque tampoco parece que se va resolver con el gobierno Demócrata de Obama.

JRC: Bueno, Ramón antes que todo tuvo una experiencia muy directa, muy singular, con un momento único en las relaciones bilaterales, con la apertura de las secciones de intereses, él fue un protagonista y vivió directamente los hechos que narra. Todos sabemos cómo se ha formado el bloqueo, es una red interminable de regulaciones anticubanas, todos podemos imaginar de una manera u otra que podrá ser desmantelado, hasta el momento parece que estas regulaciones o algunas otras decisiones serían cambiadas puntualmente. Es difícil de manera definitiva hacer un pronóstico de cuándo eso podrá suceder, y yo coincido plenamente con Ramón en el sentido de que no debe haber una apuesta por un partido u otro; eso sucederá cuando quien esté en el poder tome la decisión en relación con los mejores intereses de Estados Unidos. Los mejores intereses de Estados Unidos respecto a Cuba se sirven con que ambos países puedan tener una relación normal, de cooperación bilateral en temas puntuales que son de mutuo interés. Como decía nuestro Presidente Raúl Castro en días reciente, el sábado 21 de diciembre clausurando el II Periodo se Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional, en discurso que fue transmitido por tu programa, es previsible que entre Estados Unidos y Cuba haya diferencias entre muchos temas durante mucho tiempo. Venimos de historias distintas, de experiencias distintas, y por lo tanto es previsible que eso pueda suceder. Pero la política de bloqueo que es claramente una política equivocada, una política que no ha traído ningún beneficio tangible para los Estados Unidos, cambiará cuando se tome una decisión de responder a los intereses de Estados Unidos como país. Por cierto, referente a las encuestas que se han hecho aquí a cualquier grupo de ciudadanos; llámese ciudadanos estadounidenses, ciudadanos de origen cubano, ciudadanos de otras nacionalidades, hace muchos años que absolutamente todas las encuestas dicen que esa política se debe cambiar y que por lo tanto cuando un gobierno de un partido u otro decida responder a los intereses legítimos de su población, y yo diría a los intereses más estratégicos del país, la política cambiará.

EG: Esto que viene lo digo yo; no lo dice el Embajador. Simplemente voy a formular el punto. Entre las mentiras que nos ha dicho el Presidente Obama, tenemos que al principio de su administración dijo en Puerto España que estaba dispuesto a sentarse a conversar con cualquier país con el cual tuviera diferencias. De hecho, lo está haciendo con Irán, y lo estaba haciendo secretamente con considerable anterioridad a que se declarara públicamente; y también ha hecho acercamientos con Corea del Norte. Ninguno de estos países tiene similitud cultural ni filosófica con Cuba, más allá del concepto de soberanía. En su opinión, por qué la postergación, después de tantas invitaciones de Cuba, que la única condición que pone es la de cualquier país que respete su soberanía, que es que las conversaciones tienen que ser de igual a igual. ¿Por qué con Cuba no y con otros países con que tiene diferendos mayores sí? ¿Por qué siempre corren más la cerca? ¿A qué cree usted que se debe esta negatividad respecto a Cuba?

JRC: Bueno Edmundo, la pregunta está buena para hacérsela a los funcionarios norteamericanos.

EG: Es cierto, es cierto.

JRC: Por lo menos en política exterior no debemos comparar situaciones entre otros estados; no solo porque sea el caso de Cuba, sino porque realmente no funciona. Hay una singularidad muy clara en las relaciones bilaterales; incluso con otros países. Es difícil hacer una comparación, son países distintos, de características distintas. La pregunta que tú te hacers es la pregunta que se hacen muchos cubanos hoy; desde Cuba y desde otros lugares del mundo. Y que se han hecho muchos cubanos antes. Si es tan difícil para Estados Unidos con la administración que sea, sentarse a hablar de igual a igual con un país mucho más pequeño, pero muy fuerte en cuanto a nacionalidad, con mucho apego al decoro, a la igualdad entre estados; muchos se preguntan si es tan difícil que esa conversación tenga lugar, pero definitivamente no te puedo responder yo, serían otros los que deberían hacerlo. Ahora cuando tú tienes que cuando las condiciones cambien, hay una frase del Congresista Charles Rangel que me gusta repetir con frecuencia, que hace mucho tiempo, en los años 90, describiendo la política de Estados Unidos hacia Cuba, decía que la situación con Cuba se parecía la situación que habían tenido las comunidades negras en los Estados Unidos; que al negro durante muchos años se le exigió un resultado para la igualdad, y en algún momento en tono de broma Rangel decía que a los ciudadanos negros en Estados Unidos se les peguntaba incluso cuántas burbujas habían en un jabón; es decir, que siempre había una condición más para que las comunidades negras gozaran de sus plenos derechos. Y decía que en el caso de Cuba, cada vez que asumía una actitud, se le exigía una nueva condición, y se notaba que la portería (en términos futbolísticos) se movía. O sea, se le hacía más difícil a Cuba poder anotar un gol. Y él llegaba a la conclusión que en algún momento para Cuba no solo se movía la portería sino que a veces ni siquiera existía la portería donde Cuba podía anotarse el gol. Como tú planteabas Cuba ha dado un grupo de cambios, habrá otros que vendrán, producto de una decisión nacional porque es de interés de la población cubana y es de interés del gobierno cubano que así sea; pero todas estas cosas que han cambiado estaban entre las supuestas exigencias que se nos hacía. Bueno, algunas de esas noticias no se han registrado, y si uno ve en la historia lo que ha sido exigencia hacia Cuba para un cambio en la relación bilateral, primero, está el hecho de la revolución en sí misma, estaba la relación con la entonces Unión Soviética y el campo socialista, hoy inexistentes; el apoyo de Cuba a los movimientos de liberación nacional en diversas partes del mundo, la presencia específica de Cuba en Angola… Hay una gran lista. Algún día se publicará la lista de los argumentos, hay una extensísima lista que ha ido cambiando en la misma medida que ha cambiado la historia y ha cambiado Cuba.

EG: Pero a veces es difícil tratarse de explicar cómo un gobierno, un presidente, un gabinete, puede actuar contra los propios intereses supranacionales de su país. Y lo explico. Yo creo que dentro de las agencias norteamericanas, me refiero al propio Departamento de Estado, a la CIA, al FBI, a la misma Agencia Nacional de Seguridad, etc., en estas agencias tienen que haber personas patriotas, inteligentes, que saben y entienden perfectamente que solamente el gobierno revolucionario de Cuba, bajo la dirección de Fidel, de Raúl o de las futuras generaciones, solamente un gobierno con la estructura, la organización y la seriedad del gobierno cubano puede ser una garantía para el gobierno de los Estados Unidos; porque cualquier gobierno como los que existen en otros países, o como los que existieron antes, convertirían a Cuba por su posición geográfica en una especie de “drogaducto”, ya que sería muy difícil a un gobierno irresponsable detener el tráfico de drogas hacia Estados Unido; impedir que se utilice a Cuba como base para el terrorismo. O sea, el gobierno revolucionario cubano es una garantía para Estados Unidos desde los temas medio ambientales, hasta los temas de tráfico humano, la droga, el terrorismo, etc. Esos son intereses supranacionales para este país que los puede proteger con el gobierno revolucionario cubano. Estos temas en manos de gobiernos pantallas en el área, se convertirían en un dolor de cabeza para Estados Unidos.

JRC: Mucha gente inteligente en este país, y con responsabilidad, lo sabe. Hace tiempo pasamos la etapa de los argumentos; los argumentos están, y están a favor de los que pensamos que una relación distinta entre ambos países puede existir. Hay gente con responsabilidades de gobierno, otra no, pero igualmente piensan en esa dirección. Acaba de tener lugar en Cuba un evento en el Centro de Investigaciones de Política Internacional, quizás uno de los sucesos académicos más importantes del año, donde se reunieron los académicos más destacados en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y asistieron muchos investigadores estadounidenses que llevan años estudiando sobre el tema, se hacen las mismas preguntas que tú te haces y que nos hacemos todos, y una de las conclusiones más claras es que los argumentos están ahí, son tangibles, y de lo que estamos hablando es de cuándo se toma una decisión política, y en función de qué, y cómo se ejecutará esa decisión política. Como dijo nuestro Presidente en la Asamblea, nosotros también tenemos claros los argumentos, entendemos lo que pudiera suceder a la relación bilateral, tenemos buena disposición, pero igualmente estamos dispuestos a vivir otros 55 años en una situación similar a la que hemos vivido en estos 55 años después del triunfo de la Revolución Cubana.

EG: ¿Usted cree que en estos tres años que quedan a la administración Obama habrá un mayor avance en esas relaciones? Relaciones de las que Estados Unidos es el que está hablando; Cuba siempre ha mantenido una posición discreta y de la mayoría de las cosas que nos enteramos, o todas, son por filtraciones que se producen desde la parte norteamericana. Yo particularmente nunca me he enterado de nada por la parte cubana, quiere decir que se cumplen las reglas de la diplomacia discreta, por debajo del radar. ¿Usted cree que se podrán conseguir cosas en estos tres años o las relaciones van a quedarse en el lugar donde están?

JRC: Nosotros creemos firmemente que el futuro no se predice: el futuro se construye. Y hemos hecho muchos intentos de construir una relación bilateral, si se impone el sentido común y la racionalidad habrá avances, si se impone una política de hacer concesiones inexplicables a grupos políticos específicos dentro de los Estados Unidos, no habría posibilidad… Nosotros en lugar de hacer apuestas, lo que hacemos son planteamientos directos, hacemos propuestas, y existe la posibilidad real de poder avanzar definitivamente.

EG: Señor Embajador, ¿usted tiene cuenta en twitter?

JRC: Tenemos una cuenta institucional como Sección de Intereses en twitter, y tenemos unos cuantos seguidores ya.

EG: Pero usted no es un twittero.

JRC: No, porque al twitter serio hay dedicarle mucho tiempo. Lo entendemos, aunque somos de una generación de “inmigrantes digitales”, no somos “nativos digitales”, estamos al tanto de lo que ofrecen los medios alternativos, y acá tenemos dos cuentas institucionales, una es “Sección Cuba” y la otra es “Cónsul Cuba”, donde damos información sobre estos temas que hemos conversado y otros temas de actualidad nacional; y sí te puedo decir que aunque no es una cuenta que manejamos de manera perfecta ni mucho menos, tenemos ya algunos seguidores.

EG: No se preocupe que Obama tampoco la maneja perfectamente. Le decía porque yo escribí un twitt que dice: “Dentro de unos días la Revolución Cubana cumplirá 55 años con Fidel y con Raúl”; y escribí después que “Ha sobrevivido a once administraciones norteamericanas y a seis Papa”, que se supone que son vitalicios. Y al final terminé: “Es buen record”. Ha sido realmente tensa la prueba.

JRC: Efectivamente… Contra pocos proyectos se han tejido tantos planes y se ha dedicado tantos recursos. Creo que mucha gente al cabo de 55 años deben llegar a la conclusión de que se puso varios plazos en su vida calculando el fin de la Revolución Cubana; es mucho más que una obra consumada. Con 55 años ya una persona es adulta, es lo mismo que sucede en el caso de la Revolución Cubana, es un proyecto maduro, adulto, que aprende de sus éxitos y aprende de sus errores, y que proyecta definitivamente una posibilidad de vida para muchos años hacia el futuro. Esa es una situación real, hemos sobrevivido no solo los 11 presidentes, sino a 11 administraciones, algunas de ellas muy activas en tratar de hacer desaparecer a la Revolución, y en el caso de los Papa, como tú decías, sobrevivió a seis y recibió a dos en Cuba, creo que también este es un hecho importante.

EG: Señor Embajador, me gustaría entrar en algunos temas que tienen que ver con la relación consular, sobre la situación de ciudadanos cubanos emigrados en Estados Unidos y la misión cubana en Washington DC, y algunas situaciones que han ocurrido en los últimos meses. Pero antes me gustaría hacerle una pregunta: ¿Existe solidaridad con la misión de Cuba en Washington por parte de las representaciones diplomáticas en otros países? Yo sé que en las Naciones Unidas hay solidaridad de misiones acreditadas en Nueva York, pero, ¿existe solidaridad por misiones diplomáticas asentadas en la capital norteamericana?

JRC: Existe una relación de trabajo, que yo te diría que es tan normal como la que existe en cualquier otra capital. Una misión cubana donde quiera que esté, se beneficia de las relaciones bilaterales que nosotros tenemos y desarrollamos con muchos países. Actualmente Cuba ejerce la presidencia de la CELAC, la nueva Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe; nosotros por ejemplo en Washington DC tenemos un grupo latinoamericano muy activo; tenemos intercambio con misiones de otros lugares del mundo con la misma intensidad yo te diría que en otras capitales o en la propia ciudad de La Habana.

EG: Ha habido un gran avance respecto a los viajes de cubanoamericanos, o cubanos residentes en los Estados Unidos a Cuba, y ha habido un entendimiento mayor, excepto por los que no quieren entendimiento, entre la misión consular cubana y los cubanos residentes en Estados Unidos. ¿Usted coincide con esta apreciación? ¿Cómo ve la posibilidad de que eso siga creciendo y de que en algún momento los cubanos que viven en Estados Unidos, que aman a su patria, se sientan representados consularmente como un cubano en México o como un cubano en España?

JRC: Yo te diría que la mayoría de los cubanos aquí en Estados Unidos sienten esa representación en nuestro consulado, porque aunque en condiciones limitadas, ofrece servicio constantemente a la inmensa mayoría de los residentes acá que se interesan por tener su documentación actualizada, por viajar a Cuba, etc. Primero, el servicio consular es una obligación de cualquier estado hacia sus ciudadanos; a lo largo de los años esta posibilidad se ha ido desarrollando, creo que habría que mencionar que este ha sido el primer año de aplicación de la nueva política migratoria cubana, que es claramente exitosa, un tema que fue tratado en programas anteriores; si nos guiamos por las cifras es evidente el movimiento humano entre cubanos residentes en los Estados Unidos y su país de origen, y para que este movimiento humano suceda hay detrás una actividad consular tremendamente compleja. Estamos habituados a los servicio más tradicionales, como es el proveer un documento de viaje, un pasaporte, hacer un certificado de registro civil; pero con mucha frecuencia nuestros cónsules tienen que trabajar tarde y noche, y fines de semana, para la atención de casos humanitarios, menores desamparados, de personas adultas desamparadas, de localización de paraderos; o sea, la actividad consular es bastante compleja, y ha habido una relación creciente de los grupos de cubanos residentes en Estados Unidos con nuestro consulado en función de este tipo de servicio. Nosotros revisamos las medidas que se han ido tomando a lo largo del tiempo, el año próximo marcará el 20 aniversario de la primera Conferencia de la Nación y la Emigración que es un momento en que se retoma una política que había comenzado mucho antes; han pasado 20 años, si uno mira en perspectiva las medidas que ha decidido tomar el gobierno cubano en función de los cubanos que residen fuera del país, puede notar claramente la dinámica y la manera en que estas medidas se han ido proyectando. Primero han sido consecuentes, hay que decir que nunca ha habido un paso atrás en esta política de normalizar las relaciones consulares de Cuba con su emigración. Es una política que se expande, es una política coherente, que tiene objetivos estratégicos; así es hoy y así será en el futuro.

EG: Déjeme preguntarle: ¿Ve usted muy lejos la posibilidad de un consulado cubano en Miami, para trámites administrativos, consulares? Esto es algo que Miami lo pide a gritos. ¿Usted ve lejana la fecha de un consulado radicado aquí?

JRC: Este un tema que va a depender de lo que suceda en la relación bilateral entre Cuba y los Estados Unidos. Quizás las personas que más edad tengan, o los que les gusta investigar en la historia, sabrán que justo al inicio de la Revolución Cubana, y justo en el momento en que Estados Unidos decidió romper las relaciones bilaterales con Cuba, existían en Estados Unidos 20 consulados cubanos y 5 consulados honorarios; en un momento en que la población cubana era de poco más de 5 millones de habitantes y en Estados Unidos vivían alrededor de 150 mil cubanos. Hoy las cifras son totalmente distintas, y todo el servicio nosotros lo damos desde una sola oficina, tal y como hace la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, que da servicios consulares solo en La Habana; este será un tema que en algún momento futuro, más cercano o más lejano, tendrán que discutir las autoridades de ambos países, y te digo que un cambio en ese punto vendrá de una discusión bilateral futura, que no ha tenido lugar.

EG: Embajador, si usted quiere no me tiene que responder esta pregunta por discreción, ¿es cierto que hay una gran cifra de cubanos que le están pidiendo a la Oficina de Cuba en Washington DC la posibilidad de repatriarse, para volver a residir en Cuba de forma legal?

JRC: La posibilidad de repatriación siempre ha sido interés de una cantidad de cubanos, residentes no solo en Estados Unidos, sino en general fuera de Cuba. Por diversas razones que no viene al caso analizar; razones muy personales, familiares, etc. Nosotros hemos hecho más posible que esto suceda, y yo no caracterizaría el número pero diría que sí, que hay una cantidad de personas interesadas en que esto suceda y de hecho, en este ultimo año, ya han sucedido una buena cantidad de casos.

EG: Generó un gran nerviosismo en Miami cuando el consulado cubano informó que no podía seguir, con excepción de casos humanitarios, dando atención consular producto de que el banco M&T le decía que terminaba de ofrecer sus servicios. Temporalmente se ha resuelto hasta el 17 de febrero, ¿qué está pasando o qué va a pasar más allá del 17 de febrero?

JRC: Bueno, qué está pasando, que estamos dando los mismos servicios que dábamos antes de la divulgación de nuestra nota; qué puede suceder después, esperemos todos que esos servicios se mantengan. Todos los que tenemos una responsabilidad en esto estamos enfrascados en buscar una solución, y hacemos todo lo posible, por lo menos lo que tiene que ver con la Sección de Intereses, estamos haciendo todo lo posible para que podamos extender los servicios más allá del 17 de febrero, lógicamente si las condiciones están creadas.

EG: ¿Y usted ve receptividad por parte del Departamento de Estado al menos en este asunto?

JRC: Hemos trabajado conjuntamente en eso.

EG: ¿Hay por qué preocuparse, hay por qué alarmarse, o hay que dejar que los días pasen que al final todo se va a resolver?

JRC: Bueno, yo te diría que en la medida en que trabajemos en una solución, hay posibilidades de que aparezca una solución. No me parecería responsable, desde mi perspectiva, dar a entender que alguien debe estar preocupado, pero también debemos ser realistas y saber que las situaciones que nos han llevado a este punto todavía están presentes. Seguimos trabajando, nosotros nunca seríamos alarmistas en crear una duda en las personas que nos escuchan; pero hay que seguir trabajando para encontrar una solución.

EG: Hay quienes predicen, refiriendo incluso “el entorno de oficinas congresionales”, que en el 2014 Estados Unidos no podrá seguir manteniendo a Cuba en esa lista infame donde nunca debió estar, que es la lista de países que promueven el terrorismo, ¿usted cómo lo ve?

JRC: Bueno, a nosotros alguien nos ha puesto en la lista, nosotros nunca hemos estado en la lista. Los argumentos para estar en la lista nunca fueron válidos; si uno revisa, y hay que volver a la historia, por qué Cuba fue incluida en esa lista en el año 1982, los argumentos en aquella época eran el apoyo cubano al Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua, que está en el gobierno, constituye hoy el gobierno del hermano país; el apoyo de Cuba al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador, que como todos saben constituye gobierno, o sea, parece que estamos en la lista por hacer las cosas correctas. Todo el mundo sabe que es una decisión política, que tal y como sucede en otros temas de la agenda bilateral, Cuba no estará en la lista cuando se tome la decisión política de que Cuba no esté en lista, que por cierto va en beneficio también de los intereses de Estados Unidos como nación. Cuando esa decisión política se tome, así se hará. Es evidente que los argumentos no existieron nunca, y no existen hoy.

EG: ¿Y usted qué cree que podría pasar en el 2014?

JRC: No sería responsable hacer pronósticos de esa manera. Repito, la decisión está en función de que haya una decisión de que así sea; asumiendo las consecuencias que puedan existir.

EG: ¿El nombre Abelardo Arteaga le dice algo Embajador?

JRC: Si me das más datos…

EG: Bueno, me he encontrado un artículo de un anciano…

JRC: Ah, el señor de Tampa…

EG: Sí, el señor de Ybor City que ha dedicado su vida a defender a Cuba en todas las épocas, en todos los momentos; nace aquí, viene de una tradición de tabaqueros, él es segunda generación, incluso la misión cubana le entregó, como no nació en Cuba, un pasaporte honorario para que viaje a la isla sin problema. Realmente me conmovió la historia de Abelardo Arteaga en su defensa a Cuba, y es que yo creo Embajador que el destino legítimo de la emigración cubana es el destino de aquellos que como Abelardo Arteaga, sus padres fueron en una ocasión el primer escudo de la defensa de los intereses de la nación en los Estados Unidos.

JRC: No he tenido la oportunidad de conocer a la persona que tú mencionas, pero sería un error pensar que la gran mayoría de los cubanos que viven en los Estados Unidos tiene una posición contraria a Cuba, contraria a la Revolución Cubana, no es el caso. También es un error pensar que la emigración cubana comienza con el triunfo de la Revolución Cubana, tampoco es el caso. O sea hay una presencia prerrevolucionaria, muy anterior, de familias procedentes de Cuba residentes en Estados Unidos, que siempre han tenido una relación normal con su país, mucho antes de que se dieran por nuestra parte estos pasos para una relación de respeto, una relación de intercambio. A veces algunos medios aquí en Estados Unidos describen de una manera torcida la relación de la emigración cubana con su país como si no existiera ningún intercambio, como si nunca se viajara; yo creo que entre las cosas que tú me preguntabas antes que han cambiado, las cifras son suficientemente elocuentes y hablan por sí solas: estamos hablando de entre 300 mil y 400 mil cubanos que viajan a su país de origen anualmente; es una cantidad significativa para cualquier grupo humano. Que van a Cuba además por distintos periodos de tiempo, unos más cortos y otros mucho más largos, y que visitan prácticamente cualquier lugar del país. Encima de eso estamos hablando de una cantidad significativa de personas que bajo la nueva política migratoria visitan los Estados Unidos y están también distintos rangos de tiempo y regresan a su país de origen. Hoy la mayoría pretende una relación lo más normal posible con su país. Repito, las cifras lo dicen con claridad, otras conductas lo dicen con total claridad. Y como esta persona que tú mencionabas hay muchos de distintas generaciones en muchos lugares de los Estados Unidos. Es una realidad que nosotros hemos podido tocar directamente, hemos podido ver, hemos podido conocer.

EG: Este señor tiene 91 años y realmente es una maravilla haber encontrado su historia. Embajador, muy bien, muchas gracias por su tiempo. Finalmente, en la despedida, si quiere enviar una frase reconfortante que nos sirva a todos por igual.

JRC: Edmundo primero un agradecimiento a ti por tu interés y por tu tiempo, por la manera en que explicas a tu audiencia los temas cubanos. Un saludo a la audiencia, estamos hablando en una fecha en que la familia se reúne, en que la familia pasa balance de lo que hizo en el año, en que la familia se comunica con los miembros que están lejos de uno, en este caso en Cuba; en este marco entonces un saludo para tu audiencia, para todos los que escuchan tu programa y que a diario leen tu página a lo largo de todo el mundo, celebremos como familia conjuntamente estos días, estamos ya cercanos al 1ro de enero, un nuevo aniversario de la Revolución Cubana que nosotros como creyentes en ese proceso celebraremos lógicamente, en Cuba y fuera de Cuba. Muchas gracias a ti nuevamente.

EG: Muchísimas gracias a usted Embajador José Ramón Cabañas. Muchas gracias a la audiencia por la atención dispensada, estaremos de regreso mañana viernes aquí. Muy buenas a todos.

















“Una pelea cubana contra el subdesarrollo”: Entrevista a Juan Triana


Mónica Rivero Cabrera
Economía y negocios,

El recién terminado periodo de sesiones del Parlamento cubano concedió a la economía un espacio privilegiado. Se dieron a conocer los resultados económicos en 2013 y la propuesta para el año entrante; además de la Ley del Presupuesto del Estado a partir de 2014 y un dictamen de la Comisión de Asuntos Económicos.

En el contexto de la aspiración a un modelo económico que actualice y cree, ¿de qué se está hablando cuando se habla de crecimiento económico y en especial, qué representa en relación con el desarrollo? ¿Cuál es el camino trazado hacia el desarrollo en Cuba? ¿A qué sectores de la economía hay que apostar?¿Qué está pendiente y qué está en riesgo?

Estas y otras interrogantes condujeron a OnCuba a un intercambio con el Doctor en Ciencias Económicas Juan Triana Cordoví.


Mónica Rivero (MR): ¿Qué es crecimiento y qué es desarrollo?

Juan Triana (JT): Se trata de una vieja historia en el pensamiento económico. Yo diría que el desarrollo es una de las materias más nuevas en Economía, es de las primeras décadas del siglo pasado, después se convierte en un tema propio entre los años cuarenta y cincuenta y se ha ido expandiendo y enriqueciendo hasta la actualidad, donde es muy difícil hablar de desarrollo a secas. En general se habla de desarrollo económico, desarrollo social…; lo cual nos dice que hoy el desarrollo como tal es una materia o un hecho multidimensional, que toca prácticamente todos los sectores de la vida de un país y de una persona.

Lo que más se generaliza y más se conoce es esa idea básica de desarrollo sostenible o sustentable, que no es más que el conjunto de lo social, lo medioambiental y lo económico.

Es un concepto que implica no solo que las economías crezcan, sino que la gente mejore en su condición de vida. El PNUD tiene un concepto para medir esto, que lo ha llamado Bienestar Percibido. O sea, no es solo que las economías crezcan, sino que las personas mejoren su condición de vida y que lo perciban; que es difícil de medir, y que es un concepto que tiene que ser muy flexible, porque la percepción del bienestar es muy distinta en dependencia de los países e incluso dentro de un mismo país.

Definitivamente es parte de una realidad que no se puede negar: los países buscan el desarrollo, hay diferentes formas de entenderlo y diferentes formas de medirlo.

La diferencia entre crecimiento y desarrollo es vieja. Desde los años cuarenta, por ejemplo, en el caso de Raúl Prebisch, que fue el primer secretario ejecutivo de la CEPAL, se encargó de hacer esa diferencia diciendo que desarrollarse era más que crecer porque significaba además el mejoramiento de los niveles de vida de las amplias masas de la población. En el caso de Cuba, Carlos Rafael Rodríguez en los años cincuenta hizo mucho énfasis en diferenciar desarrollo económico y crecimiento económico.

En la historia de la humanidad se han dado casos en que los países han crecido, pero no se han desarrollado. Por tanto, se puede decir que el crecimiento económico es una condición necesaria para que los países se desarrollen, pero no suficiente.

En Cuba también durante un tiempo, entre los ochenta y los noventa, se esparció la idea de que era posible desarrollarse sin crecer, y eso en cierta medida puede decirse que es posible pero bajo determinados límites, porque en realidad es muy difícil que un país pueda desarrollarse sin crecer sistemáticamente; porque para desarrollarse hace falta además cambios en la tecnología, mejoramiento en los niveles de vida de la gente, en la calidad de vida de las personas, y para eso hace falta tener con qué hacerlo. No puedes mejorar a partir de la nada.

El tema al final es ético: cómo lograr que ese crecimiento se transmita hacia toda la población, cómo lograr que mejore las condiciones de vida de todo el país. Eso depende de los gobiernos, de los Estados, de su base socioeconómica, de la filosofía que practiquen…

MR: ¿Cómo se comporta esa percepción del bienestar en Cuba?

JT: Cuba es un caso muy especial y a veces es muy –voy a usar el término– gracioso. En realidad es algo paradójico porque cuando se examina un grupo de indicadores asociados al bienestar y al desarrollo humano de Cuba en relación a otros países, puede sorprender.

Por ejemplo, Cuba en el índice de desarrollo humano está conceptuado entre los países del grupo Alto (por encima de ese grupo hay otro que es el de Más alto desarrollo, donde están Suecia, Suiza, Alemania…). Eso se dice y el cubano promedio se sorprende porque para nosotros esa percepción del bienestar es muy rara; entre otras cosas, porque una parte de ese bienestar la tenemos incorporada, es casi genético.

Si uno se plantea la búsqueda de un indicador cualquiera de desarrollo humano, notará que en Cuba hay cosas que la Revolución resolvió hace cuarenta años. Entonces lo que para otros países pudiera ser un gran logro en términos de bienestar, ya en Cuba es una ventaja adquirida por todos los cubanos.

Es paradójico porque por otro lado los cubanos consideramos que estamos viviendo muy mal. No percibimos esa mejoría, no la entendemos. Sin embargo, se comparan los indicadores y es totalmente diferente. A veces no nos damos cuenta de que, si bien es cierto que pasamos mucho trabajo en muchas cosas, en otras no pasamos ninguno. Eso es medio macondiano. Decimos por un lado “Qué mala está la vivienda en Cuba”, pero increíblemente en Cuba el 80 por ciento de la población es propietaria de su vivienda. Es uno de los pocos países que puede exhibir un índice así. Entonces eso es impresionante, y es parte de ese bienestar percibido que nosotros no percibimos, porque ya lo tenemos “genéticamente incluido”.

La educación gratuita, la salud gratuita, son verdades que a veces a la gente no le gusta ni siquiera oír y solo se dan cuenta de ellas cuando empiezan a padecer de una educación o una salud no gratuita; porque son cosas que se notan no por su existencia, sino por su ausencia.

Nos pasa en Cuba muchas veces, porque además no tenemos un sistema que permita demostrarle al ciudadano cuán importante es eso. Hay otros países donde la salud es gratuita, pero vas a un hospital y te hacen una factura honoraria donde dice cuánto costó la operación. En Cuba nadie sabe cuánto cuesta una radiografía ni cuánto cuesta una operación. También es cierto que no todo el mundo va a los hospitales todos los días, pero es una garantía que tienen de por vida y que cuesta mantenerla. Para que alguien pueda ir un día, hay que mantenerla todos los días.

Lo mismo sucede con la educación. De pronto los cubanos nos dimos cuenta de cuán importante era la educación cuando nuestro sistema de educación comenzó a sufrir por problemas de calidad, pero mientras funcionó bien nadie se ocupó. Nadie pensó nunca que el Estado tenía que dedicar mucho dinero a mantener el sistema de educación, que lo pagamos todos los cubanos. Una parte de nuestro salario va a esos fondos sociales que pagan la educación; pero nadie pensó en eso hasta que comenzó a fallar y hoy es uno de los problemas en los que estamos enrolados todos. Nadie pensó en el maestro de primaria ni en cuán poco gana hasta que de pronto nuestros estudiantes empezaron a sufrir el déficit en la calidad de la educación.

Los cubanos en temas de desarrollo humano tenemos una varilla muy alta. Es muy difícil a partir de ahí mejorar porque la mejora significa un costo marginal muy alto; es como cuando se está en la cima de una gran montaña y subir un metro más cuesta mucho. Hay países que están muy bajo y es muy fácil mejorar, pero hay un grupo de países como Cuba en que ya hay asuntos que están garantizados y por tanto lograr que la mejora se perciba cuesta mucho. Es uno de los grandes problemas que tenemos con esto del desarrollo, de la percepción del bienestar…

Hay quizás interpretaciones muy maniqueas sobre este asunto. Hay además una especie de cultura o de subcultura popular de que el bienestar para muchos es vivir como se vive en el primer mundo o como se vive en las telenovelas, pensando que todo el mundo puede vivir así; sin darse cuenta de que en cierta medida hay una gran diferencia entre riqueza absoluta entre un país y otro, o una especie de ficción tremenda en transmitir determinadas construcciones ideográficas en la gente.

Hoy por suerte hay otras ideas, por ejemplo el presidente Correa en Ecuador habla del buen vivir, que no es exactamente reproducir la cultura del consumo. Pero el cubano por lo general no lo percibe así, lamentablemente. Tiene que ver con esa práctica de lo cotidiano que es nuestra vida.

MR: También pasa que se tiende a comparar con lo que se puede ser, partiendo de la realidad objetiva…

JT: Puede ser. Hay espacio siempre para tomar mejores decisiones y siempre han existido malas decisiones. Compararse con lo que potencialmente uno puede ser creo que también es válido; pero también hay que entender que este es un país pequeño, pobre, subdesarrollado y bloqueado.

Muchas veces esa comparación la hacemos de manera mecánica, casi como un ejercicio de especulación. Yo no sé realmente hasta dónde algo así pueda ser verdad.

De todas maneras creo que es bueno compararse con el potencial. Creo que estamos en un proceso que, entre otras cosas, está intentando recuperar eso y permitirle a la gente que use lo más posible ese potencial, y que está creando condiciones para exigirle a la gente que lo haga; pero es un proceso. Estamos caminando hacia eso.

MR: ¿Este proceso sería la llamada actualización?

JT: Ese proceso tiene que ver con estas grandes transformaciones que se están haciendo para actualizar y para crear cosas nuevas. Está abriendo realmente espacios a esas potencialidades de la gente, poco a poco, paso a paso. Hoy como nunca el ciudadano cubano tiene mejores oportunidades de aplicar ese potencial por decisión propia. Eso no era así hace unos años.

A veces yo me sonrío porque mucha gente dice: “Es que el Estado me paga muy poco”. Y creo que eso es real: todavía hoy los salarios en sectores estatales son muy bajos; sin embargo, la gente tiene otra opción, que es la de desarrollar –incluso sin dejar de ser trabajador estatal– una actividad de trabajo cooperativa o por cuenta propia y mejorar sus ingresos. Y mucha gente no lo hace pudiéndolo hacer.

MR: Usted se ha referido en varias oportunidades a la “debilidad estructural de las bases” del crecimiento en Cuba y a que las potencialidades de la economía nacional no son “suficientemente aprovechadas”. ¿Cómo estarían suficientemente aprovechadas? ¿Qué podría hacerse y no se hace?

JT: Partimos de una situación casi siempre de decisiones en el sub óptimo, por el bloqueo. Eso nos hace muchas veces decidirnos por opciones que puede que no sean el óptimo. Dejando eso establecido, realmente tenemos una debilidad estructural para el crecimiento económico que está asociada, primero que todo, a quetenemos un sistema productivo muy débil con grandes deficiencias en temas tecnológicos. Hay una distancia grande entre nuestra industria y nuestra agricultura con relación a la punta tecnológica mundial. Déficit en eficiencia, productividad y organización del trabajo y en incentivos de todo tipo. Eso pasa en casi todos los sectores, lamentablemente.

Venimos de una cultura muy igualitarista. Se han hecho intentos por romper con ella, o por ir cambiándola, pero va a costar tiempo porque, entre otras cosas, la igualdad es cómoda.

Mejorar en estas cosas e ir cambiando las condiciones que hacen que tengamos problemas estructurales en términos de crecimiento tiene que ver con esa combinación de factores; no es solo un tema macroeconómico, que pudiera ser solo de tasas de cambio o solo de políticas industriales. Es mucho más abarcador.

A veces los cubanos, por una deformación histórica, estamos acostumbrados a buscar la solución, pero en estos temas no hay la solución: hay un conjunto de soluciones que, combinadas, permiten mejorar. Una de ellas por sí sola no resuelve el problema. Eso lo hace mucho más complejo.

Hay que tomar medidas estructurales, coyunturales, sociales, hay que crear instituciones. No hay una varita mágica. Toma tiempo porque son cosas que hay que construir, no solo actualizar, e implican la manera de pensar y de conducirse de las personas. Esa frase de cambiar la mente, que ya se ha hecho tan manida, habla de algo que es lo más difícil de todo. Hay gente que no va a cambiar nunca, que ya no puede cambiar, a la que ya le pasó el tiempo para cambiar. También porque no quiere cambiar; se ha adecuado a una manera de vivir y no entiende que para seguir viviendo hay que cambiar.

MR: ¿En qué puede apostar Cuba su desarrollo?

JT: Cuba debe apostarle a lo que ha sido el producto más importante: al cubano, a una población instruida, altamente calificada. A la capacidad que tenemos de formar gente, cosas que otros países no tienen. A los valores establecidos ya como parte de la vida de las familias: que sus hijos estudien, por ejemplo. Nuestras familias todas tienen como un valor establecido que sus hijos van a la escuela. Y cuando terminen la escuela, es que hay que pensar en que trabajen. En otros muchos mundos no es así, no solo subdesarrollados, sino desarrollados también.

Es el recurso más abundante que hay en Cuba, es el más importante de todos, es el más flexible. Hay que apostarle a esa gente calificada que tenemos y a partir de ahí desarrollar sectores. ¿Cuáles? Todos aquellos en los que podamos engancharnos en las tendencias mundiales, desde el turismo hasta los servicios médicos. Todos, para mí ninguno es excluyente. Sigo creyendo que el azúcar para Cuba es un gran recurso y un gran sector, la industria de la caña de azúcar, pero igual creo que la industria biotecnológica puede ser una gran oportunidad, como la telefonía, como la industria del software o como la producción de baldosas hidráulicas para no importar.

Hay un potencial enorme que hay que cultivar, hay que darle apoyo y opciones, y que puede llenar vacíos que hoy las empresas estatales no pueden cubrir. Yo le apostaría a eso. Creo que es un error en este mundo tan dinámico, tan cambiante, tan globalizado, “casarse” con un sector.

Sí me caso con el cubano calificado, ese está en todos los sectores, es capaz de armar desde una empresa turística hasta construir maquinaria para hacer baldosas hidráulicas. Esa es una gran posibilidad que tiene el país, verdad que no la aprovechamos directamente, nos falta abrir más espacio. Pero estamos en ese camino y se está aprendiendo.


MR: ¿Qué hay de los tiempos? Se ha dicho que no debe emplearse un periodo excesivamente largo, por el costo que tiene la espera en términos políticos y sociales para la credibilidad y sostenibilidad.

JT: Sin lugar a dudas. En realidad el desarrollo es una meta que debemos alcanzar en el menor tiempo posible. Cuba ha venido experimentando durante cincuenta años –para parafrasear el título de una película–, una pelea cubana contra el subdesarrollo. Todavía estamos en esa pelea. Lo que ocurre es que también el desarrollo tiene una expresión en las generaciones y han sido muchas generaciones en esa batalla. Por eso yo creo que los tiempos son importantes y que poder alcanzar el desarrollo en un tiempo adecuado es importante, en un tiempo que no signifique tres o cuatro generaciones. Por eso también la relación entre desarrollo y crecimiento es importante, porque para poder desarrollarnos necesitamos crecer a determinadas tasas y no a otras.

Todavía hoy estamos creciendo a tasas muy bajas para las aspiraciones de desarrollo que tiene Cuba, para las mejoras que tenemos que lograr, y para el gasto marginal que debemos hacer.

Por ejemplo, tenemos el índice de mortalidad infantil más bajo de nuestra historia. El gasto que el país tiene que hacer para bajar una décima es gigantesco si lo comparas con el gasto que tuvo que hacer para bajar de 60 a 50, para bajar un punto porcentual; porque ya bajar una décima significa garantizar condiciones muy especiales en los hospitales y fuera de los hospitales y eso cuesta mucho. Igual pasa con la mejora de salud en general, con la mejora de un grupo de servicios.

Esas son las metas tremendas del desarrollo en un país que ya ha logrado muchos altos índices de mejoramiento en las condiciones de vida de las personas.

Otro ejemplo: nuestros niños todos llegan a 6to grado, y casi todos llegan a 12 grado o la enseñanza técnica. Eso supone un esfuerzo tremendo. En Cuba hemos gastado para poner tres profesores para dos niños, hay escuelas que tienen 6 estudiantes y tienen movilizada a una fuerza grande. La pregunta es: ¿Económicamente eso es sostenible? Muy difícil si todo lo enfocas de forma económica, pero es parte del bienestar de la gente, entonces gastar en el bienestar de esa gente, esas familias, es una inversión muy alta y lo hace un país muy pobre que además está bloqueado. A veces no nos damos cuenta de eso porque estamos inmersos en esta cotidianidad.

MR: Es posible que tenga que ver con que se ha repetido mucho y mal…

JT: Quizás, quizás sacan que el Estado nos está regalando cosas, cuando en realidad el Estado somos todos, porque todos contribuimos a regalarnos cosas: una parte de nuestro salario no lo ganamos sino que pasa a los fondos sociales de consumo y se distribuye en esas cosas. A veces el enfoque es muy verticalista, lamentablemente muy estatista desde una concepción de este asunto, yo diría, pasada de moda.

Si abres las cuentas y les dices a los cubanos: “De tu salario nada más que te toca el 40 por ciento, porque hay un 60 por ciento que lo dedicamos a la educación gratuita y se lo pones delante y le dices estos son los impuestos que tú pagas para que la educación en Cuba sea gratis, para que tus nietos, tus hijos vayan a la escuela de manera gratuita”, creo que la inmensa mayoría estaría de acuerdo. Lamentablemente no lo decimos nunca, nosotros no sabemos qué parte de nuestros salarios va a la educación, qué parte va a la salud, qué parte va a mantener ancianos. Es algo que en algún momento deberíamos también actualizar. Nos lo dicen de otra manera: “El Estado le da…”, pero en definitiva el Estado nada produce, lo producimos nosotros, lo produce este pueblo que es el dueño de los medios de producción y todos contribuimos a eso. Es la mejor aplicación de la frase de Napoleón: L´État c´est moi, el Estado soy yo, el Estado somos todos.

Eso a veces tampoco lo comprendemos porque no logramos que la gente identifique cuál es la parte de sí con la que contribuye al Estado y con qué parte no contribuye. No logramos que la gente identifique en qué parte es acreedora y en qué deudora del Estado. Con otras cuentas quizás pudiéramos lograr eso: que cada cual se vea identificado en su contribución individual al Estado y se vea identificado en su mejora individual desde el Estado, que es de todos nosotros. Esto también es participación.

MR: Según usted, en Cuba hasta hace pocos años los problemas de distribución de la riqueza no constituían un obstáculo significativo al crecimiento; sin embargo, dadas las transformaciones realizadas en los últimos años, estos problemas deberán tenerse en cuenta. ¿Qué riesgos entraña esto para la política social?

JT: El riesgo está en no reconocer y no actuar consecuentemente con que en Cuba hay una estratificación de los ingresos. Esto va a seguir ocurriendo. Cuando abres espacio a diferentes actores, habrá exitosos y otros no. Es injusto que el trabajador exitoso no sea retribuido en función de su éxito, como es injusto dejar a la mano de Dios al que no está en la empresa exitosa. El Estado debe cuidar esas fallas en la justicia social, que debe ser más activa, más dirigida. Esto es ineludible.

Tenemos que lograr que nuestros jubilados vivan mejor de lo que están viviendo, pero para eso tenemos que lograr una política en que aquellos que no necesitan ese apoyo no lo tengan. Pasa por la libreta, por el servicio de electricidad, pasa por el transporte… Es una acción muy compleja, e implementarlo es mucho más difícil todavía. Eso no hay que actualizarlo: eso hay que hacerlo nuevo. Hay que crear los apoyos suficientes para un país que ha cambiado. Hay que crear reglas del juego, instituciones, normas. El peligro está en desconocer eso.

Creo que hoy realmente hay muchas personas dentro de los niveles de decisión política que lo saben y han venido haciendo pequeñas cosas. Hay que lograr tener una política completa sobre eso.

MR: ¿Quiénes están definiendo la política económica en Cuba?

JT: Como en todos los países hay decisores, a quienes les toca, están escogidos, ahí está el Estado, el gobierno, el partido, los poderes locales. Son de los decisores importantes, es la manera en que la inmensa mayoría de las personas quieren participar de una u otra forma. Es la manera que esta instituida en Cuba para participar. Tienen que mejorar, porque el país está cambiando.

Creo que en este proceso que se centró mucho en los Lineamientos hubo una participación real de la gente. Ese documento varió por la participación de la gente. Hay que avanzar en la participación a nivel de los barrios.

La academia participa, estudia, investiga, produce, discute, hace propuestas. Existe el Consejo de ciencia y tecnología en la Comisión de implementación, donde participan profesores de manera constante. Como nunca antes la academia está participando en estas cosas.

MR: ¿Alguna vez se hizo política económica que contradijera principios económicos?

JT: Nuestras aspiraciones siempre han estado por encima de la realidad de nuestros números. Eso no es malo. Lo malo es confundir las aspiraciones con la realidad.

Durante mucho tiempo el país vivió en condiciones especiales, inserto en un campo socialista y con una relación muy especial con la Unión Soviética. Eso permitió tener aspiraciones por encima de las capacidades propias que el país tenía para mantenerlas. El saldo positivo es que logramos tener la población que tenemos hoy, le hemos mejorado la vida de la manera en que se ha hecho.

La otra parte de este asunto es que las aspiraciones económicas son muy altas. Nuestra realidad económica no alcanza a satisfacer esas necesidades; pero tampoco es malo porque al final nos obliga a ser mejores en economía. Es algo que nos hala.

MR: ¿Cómo concibe la economía la posibilidad de un modelo socialista próspero y sostenible?

JT: Pienso que sí es posible, además es una frase que nos permite armar una visión de país. Sintetiza las aspiraciones de la población cubana: ser próspera, seguir siendo socialista y que se pueda sostener en el tiempo. Yo soy de los que piensan que la mayoría de la población cubana se sigue identificando con lo que ha conocido como socialismo, en ese aspecto social, y no quiere renunciar a ello.

No creo que ser prósperos sea una meta inalcanzable, en todo caso es dura, difícil, alta. Pero es alcanzable. También requiere hacer muchas cosas y cambiar muchas otras. Pienso que se está haciendo una parte.Estamos llegando a una etapa mucho más difícil y sensible donde los espacios de maniobra son más chiquitos y donde los peligros de cometer un error estratégico tendrían un costo muy alto. Hemos ido avanzando desde las cosas más evidentes y elementales, hacia transformaciones que cada vez más requieren de una mayor sintonía fina, por esos mismos costos, por la profundidad que implican esas transformaciones.

Socialista, próspera y sostenible: cuando uno camina hacia dentro hay muchas cosas que decodificar, tanto pensando en qué es el socialismo cubano y qué debe ser, qué es ser sostenible, qué es ser próspero en Cuba y qué debe ser, cómo garantizar que sea sostenible. Hay mucho que trabajar ahí, pero sin duda es una magnífica construcción de una visión de país.


MR: ¿En algún momento se pensó que la prosperidad contradecía al socialismo?

JT: Sí, hubo momentos en que cosas así se esparcieron como parte de una filosofía que hemos ido transformando.

La prosperidad como país, como familia, como personas, es un valor que debemos difundir y lograr que la gente vea como parte de sus metas tanto en lo individual como en las metas colectivas.

MR: ¿Cuáles serían algunas de esas transformaciones profundas?

JT: Diría que hay varias, se anunció una: la unificación monetaria y cambiaria. Es una medida profundísima, quetendrá ventajas y costos. La transformación del sistema empresarial cubano sería otra: lograr que nuestras empresas sean realmente empresas. Es una cultura que no tenemos. Pero hay que hacerlo si queremos ser buenos, si queremos competir con el mundo y tener nuestro propio espacio en el mundo.

MR: Con perdón de la palabra, si pudiera extirpar algo de la economía cubana, ¿qué sería?

JT: No en economía, sino en general de la sociedad cubana: Extirparía la tendencia a la unanimidad, la tendencia a la simulación y la tendencia al conformismo. Esas tres son un gran lastre para Cuba.


MR: ¿Qué obstáculos tiene Cuba de cara al desarrollo?

JT: Primero: nuestra propia deformación estructural; segundo: el bloqueo norteamericano; tercero: nuestra aversión al riesgo en general. Además de esas tres tendencias que te dije.

Ya en términos económicos: distorsiones macroeconómicas como la dualidad cambiaria y monetaria; debilidad en los incentivos positivos; bajo ahorro nacional; baja tasa de acumulación y de inversión… Lógicamente, esa distancia tecnológica que nos separa de las tendencias que marcan la punta en el mundo.

Cuba tiene muchísimas oportunidades y lógicamente tiene tremendos retos. Pero en general estamos viviendo una etapa de cambios importantes. Mi visión es positiva sobre todo porque hay muchas oportunidades abiertas para mejorar, para que el país avance. Eso va desde las potencialidades que tiene nuestro país, con una población altamente calificada –no totalmente aprovechada– hasta el hecho de que Cuba sigue siendo un país virgen en muchas cosas, que pueden ser desarrolladas tanto por las empresas y los cubanos como por el capital extranjero.

Foto: Roberto Meriño

Las multinacionales no tienen desperdicio

27/12/13 Por Javier Guzmán

Grandes corporaciones convierten el despilfarro de alimentos en el nuevo “trending topic” del marketing social corporativo. Los datos actuales de desperdicio alimentarios son un escándalo ético y moral. Los últimos estudios realizados en la UE estiman que se pierden o desperdician en Europa, entre un 30% y un 50% de los alimentos sanos y comestibles a lo largo de todos los eslabones de la cadena agroalimentaria hasta llegar al consumidor. La generación anual de pérdidas y desperdicios alimentarios en los 27 Estados miembros es de unos 89 millones de toneladas, o sea, 179 kilos por habitante, y ello sin contar los de origen agrícola generados en el proceso de producción ni los descartes de pescado arrojados al mar.
La propia FAO señala en su informe sobre desperdicio alimentario, que en el año 2007 la tierra cultivada para generar desperdicio era de 1,4 billones de hectáreas, es decir un 28% de las tierras cultivables a nivel mundial, en un momento histórico donde cada vez hay más presión sobre este recurso por fines no alimentarios como son los agrocombustibles o la simple especulación financiera.

En el estado español no somos una excepción, tiramos anualmente 2,9 millones de toneladas de alimentos, y como contraste, según Cáritas, en España 9 millones de personas viven en situación de pobreza (menos de 6.000€al año).

Está situación de alguna manera ha hecho sonar las alarmas en el Parlamento de la UE que en año 2012 aprobó una resolución instando a los estados a iniciar estrategias de reducción del 50% del desperdicio para el año 2050, y a esto corresponde el aluvión de campañas para la reducción del despilfarro alimentario, entre ellas la lanzada por el Ministerio de Agricultura, y sorprendentemente las puestas en marcha por las grandes corporaciones agroalimentarias y de distribución que están invirtiendo una gran cantidad de recursos.

Campañas que a priori a todo el mundo nos parecerían justas, necesarias y veríamos con buenos ojos a las empresas que las impulsan, y este objetivo parece que lo han logrado.

Pero si leemos la letra pequeña, veremos que se tratan de campañas que comparten objetivos y elementos comunes, principalmente esconder deliberadamente la responsabilidad de la actual industria agroalimentaria en la generación de cantidades nunca conocidas de despilfarro alimentario. Intentado hacernos creer que el actual desperdicio alimentario no es una consecuencia del modelo agroalimentario impuesto por grandes corporaciones los últimos años.

La principal línea argumental de todas ellas se trata de dejarnos bien claro que el principal culpable del despilfarro obsceno a nivel global es el consumidor. Un consumidor que compra de más, que no sabe aprovechar productos, que no lee las fechas de caducidad, y que es despilfarrador por naturaleza. Un consumidor irresponsable al que hay que educar y hacer cargar con todas las culpas de la cadena alimentaria, tratándonos como una mezcla de devoradores compulsivos y estúpidos de solemnidad.

Así nos encontramos en el folleto del propio Ministerio de Agricultura que en su primer consejo nos dice: “Elige los productos según las necesidades de tu hogar. Antes de planificar la compra, comprueba el estado de los alimentos que tienes en casa, sobre todo los productos frescos o con fecha de caducidad. Planifica los menús diarios o semanales teniendo en cuenta el número de personas que van a comer.”

Pero, ¿realmente somos los consumidores los grandes culpables de este desastre? ¿Las grandes empresas y gobiernos no tienen nada que ver?

Seguramente los consumidores tenemos mucho que ver, pero si cambiamos el foco de dirección y apuntamos a la industria y sus estrategias empezaremos a ver los contornos de una responsabilidad inmensamente mayor.

Responsabilidad en términos de cantidad, la Eurocámara insiste en que “los agentes de la cadena alimentaria” son los primeros implicados: la industria aporta un 39% de los residuos, mientras restaurantes, caterings y supermercados son responsables de un 14% y un 5% del total, mucha de la cual las propias empresas, gobiernos y lobbies alimentarios han denominado como “inevitable”.

Responsabilidad en el tipo de consumo final pues la mayor parte del despilfarro en casa es debido a la forma de empaquetar los alimentos, descuentos, 2X1, y otras estrategias de grandes cadenas de supermercados que los últimos años han sustituido el comercio de proximidad y determinan nuestro consumo. Si no lo creen, solo tienen que ver que en nuestro país el 80% aproximadamente de las compras de alimentos hoy día se realizan a través de los supermercados, hipermercados y tiendas de descuentos y , pasando de 95.000 tiendas en 1998 a 25.000 en el 2004. Por tanto cada se cierra más el embudo del consumo bajo una falsa apariencia de diversidad

La segunda línea argumental, es que las empresas deben y se comprometen a mejorar la eficiencia de todo el proceso, mejorar cadenas de frío etc..., pero donde ya advierten que hay poco margen, ya que actualmente hacen todo lo posible. En cambio sí pueden sumar un eslabón más a la cadena… y lo han hecho.

Así otro de los elementos comunes de estas campañas es integrar a los bancos de alimentos en la cadena agroalimentaria. De esta forma matan dos pájaros de un tiro, mejorar la imagen de la empresa y ahorrar costes en el tratamiento de residuos.

Una estrategia que se sirve de “cronificar” un tipo de intervención asistencial y de emergencia temporal como son los bancos de alimentos para convertirlo en un elemento más y “normalizado de la cadena”, olvidando por tanto que este tipo de intervenciones genera estigmatización social y en muchas ocasiones la oferta alimentaria no es adecuada, con ausencia de alimentos frescos, con alimentos procesados, pobre en micronutrientes y desproporcionada en energía, grasas saturadas e hidratos de carbono refinados, favoreciendo enfermedades cardiovasculares, diabetes etc….

Sin embargo estás campañas pasan de puntillas por un elemento central para la propia UE o la FAO, para la reducción de despilfarro alimentario como es la apuesta por la agricultura local y los circuitos venta de proximidad.

La apuesta por este otro modelo de producción y consumo evita el desperdicio en todas las fases de la cadena, en la fase de producción principalmente porque no está sujeta a los cánones de la agroindustria y donde la diversidad es un valor frente a la “homogenización” impuesta en distribuidoras y mayoristas.

En la fase de distribución porque no necesita enormes cadenas de frío y de transporte para llegar al consumidor.

Por último, porque la venta directa mejora la adecuación de la oferta y la demanda, al consumir exactamente lo que se necesita.

Además la propia UE reconoce que este tipo de modelo tiene otros grandes beneficios, como son la generación de precios dignos para las personas productoras y, generación de empleo de forma directa e indirecta, dinamización de los territorios y revalorización del mundo rural, incremento en general en la calidad nutritiva de los alimentos, etc..

Por esto, en otros países de Europa, llevan años apostando por este modelo, entre ellos Francia, donde ha desarrollado diversas estrategias para la promoción de la producción y transformación local, iniciativas legislativas como es la adaptación de la legislación higiénico-sanitaria a las características de la pequeña producción e iniciativas directas como es que la compra pública de alimentos de escuelas, hospitales, universidades, etc.. provenga de la agricultura y ganadería local, y convirtiendo el desarrollo de la agricultura de proximidad en uno de los pilares centrales de su estrategia contra el despilfarro.

En nuestro país nada de estás políticas tienen lugar, siendo muy esclarecedor si comparamos el dato de venta directa realizada por agricultores, llegando en Francia a un 20% y en España apenas un 3%.

Como dicen estas campañas, en cuestión de despilfarro alimentario todos somos responsables y todos tenemos algo que hacer, pero también tenemos que decir claramente que no todos somos igual de responsables, y que justamente estás campañas lejos de exigir responsabilidades a los grandes culpables de esta situación, los eximen y ocultan, cuando no, simplemente los ayudan a convertir el despilfarro de alimentos en el último "trending topic" marketing social corporativo.

Ecoportal.net

Rebelión

http://rebelion.org/

Millones de toneladas de metales están almacenados 'en las sombras'

Por TATYANA SHUMSKY 

Los metales del mundo están pasando a la clandestinidad. 

Bancos, fondos de cobertura, operadores de materias primas y otras empresas están guardando millones de toneladas de aluminio, cobre, níquel y zinc en un sistema oculto de depósitos en todo el mundo. 

Algunos denominan estas instalaciones como "depósitos en las sombras" puesto que no son regulados y no divulgan sus contenidos. Operan al margen del sistema de almacenes de la Bolsa de Metales de Londres, el lugar que tradicionalmente alberga estos metales.

Entre siete millones y 10 millones de toneladas de aluminio estaban almacenados en estos depósitos en las sombras hasta octubre, una cifra récord. Las instalaciones están ubicadas en países tan distantes como Malasia y Holanda, según estimaciones de varios analistas. 

La cifra supera con creces los 5,5 millones de toneladas de aluminio guardados en los depósitos que cuentan con licencia de la Bolsa de Metales de Londres, según datos de la propia entidad revelados el martes. Hace apenas 12 meses, las cifras eran más o menos las mismas. 

Los analistas señalan que la tendencia también afecta a otros metales. 

El resultado es que los productores y los consumidores prevén oscilaciones que podrían ser violentas en los precios de los metales, conforme el mercado trata de evaluar en forma adecuada la oferta. Ante la ausencia de información clara respecto a cuántos metales están en el sistema en las sombras, establecer precios será una tarea cada vez más difícil, subrayan. 

Analistas y operadores dicen que el ingreso de los metales al sistema en las sombras ya está provocando fluctuaciones impredecibles en los precios, como por ejemplo cuando una cantidad importante de un metal que no estaba contabilizada llega al mercado. 

"Es bastante preocupante para cualquiera en la industria que el metal pueda desaparecer en estas ubicaciones que no proveen información sin ninguna previsión ni fecha sobre cuándo podría volver a estar disponible", afirma Nick Madden, vicepresidente sénior y director general de cadena de suministro de Novelis Inc., fabricante estadounidense de productos de aluminio que es uno de los mayores compradores del metal. "El riesgo es que el metal pase a ser controlado por cada vez menos operadores cuyos intereses y modelos de negocios probablemente entren en conflicto con los de los usuarios finales", asevera.

Los metales industriales forman parte de una serie de productos cotidianos, desde el aluminio que se usa en las latas de bebidas hasta los cables de cobre dentro de los refrigeradores. Las turbulencias en las cotizaciones de estas materias primas pueden encarecer la fabricación de estos bienes cuando suben los precios o limitar la producción de las minas o las fundiciones cuando caen por debajo del costo de producción. 

La falta de transparencia aumenta el atractivo de los depósitos en las sombras para las instituciones que buscan lucrar con información que otros actores del mercado no tienen. Algunas empresas también buscan una alternativa más económica al sistema de la Bolsa de Metales de Londres, que puede ser 10 veces más caro que el almacenamiento no regulado, dicen analistas y operadores.

Sin embargo, los dueños de los metales pueden tener que pagar tasas de interés más altas si optan por usar el metal en los depósitos no regulados como garantía para obtener préstamos. La razón es que los bancos consideran que el sistema de la Bolsa de Metales de Londres es menos riesgoso. 

Cinco empresas operan 75% de los 778 depósitos licenciados por la Bolsa de Metales de Londres. Los cinco también poseen instalaciones en las sombras, señalan fuentes cercanas. 

En algunos casos, una sola firma administra depósitos licenciados y desregulados en un mismo edificio y el metal contado por la Bolsa de Metales de Londres es separado del oculto por una reja de alambre, señala David Wilson, analista de commodities de Citigroup C -0.13%

Hasta 2010, la mayoría de los depósitos estaban en manos de empresas de logística como la holandesa C. Steinweg Group. No obstante, cuando se popularizaron las operaciones de financiamiento de metales, las filiales de los bancos de Wall Street Goldman Sachs Group Inc. y J.P. Morgan Chase JPM -0.07% & Co. y los operadores de commodities Glencore Xstrata GLNCY +1.77% PLC y Trafigura Beheer BV entraron al negocio.

Las cinco compañías no quisieron hacer comentarios para este artículo. 

Los consumidores de metales como Novelis advierten que los precios se podrían disparar si los dueños de los depósitos compran grandes cantidades de un metal, provocando escasez. 



Alcoa Inc., AA +1.82% el mayor productor estadounidense de aluminio, tiene la preocupación contraria: que los precios del aluminio sean susceptibles a un shock si una cantidad importante del metal pasa súbitamente del sistema en las sombras a las instalaciones de la Bolsa de Metales de Londres, señala Tim Reyes, presidente de gestión de materiales de Alcoa.
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