"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

sábado, 11 de noviembre de 2017

Cómo Gorbachov traicionó a su país

En opinión del miembro del Club Zinóviev, Oleg Nazárov, Mijaíl Gorbachov no firmó en la cumbre de Malta de 1989 el final de la Guerra Fría, sino el acta de capitulación total e irreversible de la URSS
Todos coinciden hoy en que el encuentro entre George H. W. Bush y Mijaíl Gorbachov en diciembre de 1989 en Malta dejó una profunda huella en la historia. Pero lo valoran de maneras diferentes. Algunos creen que fue el punto final de la Guerra Fría. Otros lo califican como una traición sin precedentes. Gorbachov y su equipo se oponen categóricamente a esta última opinión. Para encontrar la verdad, hace falta un análisis científico.
Qué es una traición
La clave a la respuesta a esta ambigua pregunta la dio el gran filósofo ruso y patriota de su país, Alexander Zinóviev. Empleó la palabra "traición" en el sentido sociológico, moral y jurídico.
En su artículo ‘El factor de la traición' Zinóviev escribió: "Para calificar las acciones del supremo poder soviético como traición o para rechazar esta calificación hace falta, ante todo, partir del deber de las autoridades con respecto a su población. Este deber consiste en salvar y afianzar el régimen existente, proteger la integridad territorial, fortalecer y proteger la soberanía del país en todos los aspectos de su organización social (poder, derecho, economía, ideología, cultura), garantizar la seguridad personal de los ciudadanos, defender el sistema de formación y educación, los derechos sociales y civiles… En una palabra: todo lo que había sido conseguido en los años soviéticos y lo que constituye un modo de vida normal de la población. Las autoridades lo sabían. Y la población estaba segura de que su cúpula dirigente cumpliría su deber y confiaba en sus líderes. ¿Cumplieron las autoridades su deber? ¿Y por qué, si escogemos la respuesta negativa? En segundo lugar, hay que entender si las autoridades soviéticas actuaron por su propia voluntad o fueron manipuladas desde fuera; si fue un comportamiento planificado por alguien fuera del país o no, o si actuó el poder en intereses de esta fuerza externa".
Zinóviev fue el primero en intuir que Gorbachov era capaz de traicionar esta confianza: "Antes de asumir el cargo de secretario general del PCUS había estado en Reino Unido. Se negó a visitar la tumba de Karl Marx, y en vez de ello se dirigió a la recepción de la reina. Me pidieron comentar este caso. Contesté entonces que empezaba una traición histórica sin precedentes. No me equivoqué".
En Londres el futuro líder soviético se vio con la primera ministra de Gran Bretaña, Margaret Thatcher. Es interesante que justo después de este encuentro la Dama de Hierro se fuera a EEUU para verse con el entonces presidente, Ronald Reagan, para comunicarle que se podía hacer tratos con Gorbachov. En marzo de 1985 Thatcher vino a Moscú al entierro del Secretario General del PCUS y dirigente de la URSS, Konstantín Chernenko, y volvió a verse con Gorbachov, que poco antes había sido nombrado el líder de la URSS y del partido.
El primer paso
Pasado un mes, en el Pleno del Comité Central del PCUS fue anunciado el curso hacia la aceleración del desarrollo socio-económico del país. Suponía la aplicación de los logros de la ciencia y la técnica y el desarrollo de la construcción de maquinaria. Así se inició la llamada ‘Perestroika'. En febrero de 1986 fue aprobada en el ХХVII Congreso del PCUS.
El periodo de Brézhnev lo suelen denominar periodo de estancamiento. Zinóviev protestó categóricamente contra esta denominación. En su artículo ‘La contrarrevolución soviética' recordó: "¡En los años de postguerra la población de la Unión Soviética aumentó en cien millones de personas! Se elevó el nivel de vida. Crecieron las necesidades de la gente… En los años de postguerra (y sobre todo, en los del "estancamiento") creció decenas de veces el número de empresas, entidades, organizaciones, la sociedad se hizo más complicada y variada con tanta rapidez y en tal escala que nunca ha visto la historia de la humanidad uniones tan enormes como la URSS. Todos los aspectos de la vida se volvieron más complicados y variados: la educación, la cultura, las comunicaciones, las relaciones internacionales, etc. Por supuesto, aparecieron problemas y dificultades…".
Para superarlos, como afirmaba Zinóviev, "había que abogar por la vía del afianzamiento y perfeccionamiento de todo lo que criticaban y ponía en ridículo la propaganda y la ideología de Occidente: se trataba de algo que funcionaba de verdad y podría permitirle a la URSS superar aquellas dificultades. Pero los dirigentes soviéticos y sus lacayos ideológicos lo hicieron todo al revés. Se pusieron a montar la ‘Perestroika', cuyas consecuencias nefastas eran evidentes de antemano. La perestroika desencadenó una crisis que se hizo universal, abarcando también la esfera de la economía".
Ya ni Gorbachov ni los demás críticos del estancamiento mencionaban la antes anunciada aceleración. Sus palabras altisonantes nunca se materializaron. Los partidarios de la ‘Perestroika' no lograron superar los problemas, muchos de los cuales fueron fruto de su propia actividad. Gorbachov demostró ser un dirigente incapaz de construir nada, lo que primero originó en la sociedad una desilusión y luego una creciente irritación.
Cuanto peor fueron las cosas dentro del país, tanto más se esforzaba Gorbachov por conseguir reconocimiento en Occidente. Hasta estaba dispuesto a renunciar a las conquistas geopolíticas del periodo de la Segunda Guerra Mundial, pagadas con las vidas de decenas de millones de ciudadanos soviéticos. El ex jefe del Departamento Analítico de la KGB de la URSS, Nikolái Leónov, está seguro de que fue Gorbachov el que inició la ruina del imperio soviético al ir a la Asamblea General de la ONU en otoño de 1988 con la idea de alegrar a todo el mundo declarando desde la tribuna que la URSS no iba a impedir por la fuerza los cambios en otros países de Europa Oriental. Fue el primer paso, y después ya no hubo vuelta atrás.
La URSS no quiere ver a EEU como un adversario
Henry Kissinger en su libro ‘Diplomacia' recuerda como al declarar desde la tribuna de la ONU la reducción unilateral de las Fuerzas Armadas en 500.000 efectivos y 10.000 tanques, Gorbachov añadió con una voz bastante humilde: "Esperamos que EEUU y los europeos den algunos pasos también"…Una reducción unilateral de escala tan grande es una muestra o de una exclusiva seguridad de las propias fuerzas o de una debilidad exclusiva. En aquella etapa de desarrollo es dudoso que la URSS ostentase dicha seguridad de sus fuerzas.
En primer lugar, las palabras de Kissinger hacen referencia a Gorbachov quien manifestó también su debilidad en el curso de las negociaciones en Malta. Al describir el comportamiento del líder soviético, el embajador estadounidense en la URSS, Jack F. Matlock, dijo: "Necesitaba que todos vieran que estaba negociando con Bush de igual a igual y no como un adversario vencido".
Pero Gorbachov no logró convencer de ello a los políticos estadounidenses, que respetan la fuerza por encima de todo.
Por ahora sabemos muy poco del contenido de las negociaciones. Y por algo será. Los concisos comentarios de los medios contrastan con las estimaciones pomposas que dieron Gorbachov, Bush y sus círculos próximos. Todos insistieron en declarar que el principal resultado del encuentro fue el fin de la Guerra Fría. Aunque hoy es obvio que estas declaraciones no corresponden con la realidad.
El ex embajador soviético en EEUU, Anatoli Dobrinin, afirmaba que en Malta Gorbachov hizo caso omiso de la directiva del Buró Político del Comité Central del PCUS, según la cual la reunificación de Alemania era posible siempre y cuando los dos bloques, la OTAN y el Pacto de Varsovia, fueran disueltos y unidos por un acuerdo mutuo. Es más: Gorbachov no solo le alegró a Bush con la declaración de que la "URSS ya no quería ver como un adversario a EEUU", pasó a exhortar a los estadounidenses a ser mediadores en transformaciones pacíficas en Europa Oriental.
— Ya no le consideramos nuestro enemigo, —le dijo a Bush- Han cambiado muchas cosas. Queremos su presencia en Europa. EEUU debe quedarse en Europa. Su presencia allí es importante para el futuro de este continente. Por eso no deben pensar que busquemos que se vayan.
No sorprende que varias semanas después de la cumbre en Malta la Administración de Bush se mostrase dispuesta a desempeñar el papel de mediador no sólo entre Moscú y los Estados del Pacto de Varsovia, sino también entre Moscú y la capital de la República Socialista Soviética de Lituania, Vilna.
El historiador Matvéi Polínov dijo: "Las fuerzas separatistas de Letonia, Lituania y Estonia, al obtener el apoyo de EEUU a raíz de la cumbre de Malta, intensificaron considerablemente su actividad con vistas a salir de la URSS. Precisamente por eso, en buena medida, el destacado diplomático Anatoli Gromiko calificó la cumbre como "un Múnich soviético"… Gromiko vio claro que en Malta Gorbachov "había perdido cada partida". 
Y es que ni intentó ganar. Me atreveré a decir más: a juzgar por los acontecimientos que se desencadenaron después de la cumbre (la reunificación alemana, la desintegración del Bloque Socialista, la disolución del Pacto de Varsovia, el empeoramiento de relaciones con Cuba, etc.), Gorbachov, actuando a su antojo, había firmado en Malta el acta de capitulación total e irreversible de la URSS.

La Navidad en junio de 1990
La respuesta a la pregunta si Gorbachov actuó según los intereses de EEUU o no es obvia. Los propios estadounidenses estaban asombrados por la rapidez con la cual el líder soviético le rendía a Occidente una posición tras otra. Como reconocieron el historiador de EEUU, Michael Richard Beschloss, y el analista de política exterior, Strobe Talbott, los estadounidenses estaban buscando la manera de agradecerle a Gorbachov que pactara la presencia de una Alemania unida en la OTAN. Y como para junio de 1990 estaba planificada la visita de Gorbachov a EEUU, Robert D. Blackwill propuso: "El encuentro debe convertirse para Gorbachov en una Navidad en junio".
El recién proclamado presidente de la URSS vino a EEUU el 30 de mayo. Beschloss y Talbott lo cuentan:
"Gorbachov estaba embriagado de su éxito, cuando la muchedumbre le acogía con aplausos. Exclamó, con ayuda de un intérprete: ‘¡Aquí me siento como en casa!' Fue una frase rara pero muy elocuente: ya que en su país su propio pueblo no le iba a aplaudir (…) Gorbachov tenía tantas ganas de sentir la benevolencia de la sociedad y ver las muestras de su importancia en Occidente que al día siguiente empleó cuatro horas para recoger, uno tras otro, cinco premios de diferentes organizaciones (…) Con una amplia sonrisa, recibía a los representantes de cada organización que entraban con toda solemnidad en la lujosa sala de recepciones de la embajada soviética: colgaban de la pared sus emblemas y pronunciaban palabras halagadoras sobre Gorbachov ante las cámaras de la televisión soviética y estadounidense"
En el mismo año, 1990, Gorbachov obtuvo el anhelado Premio Nobel de la paz.
Tuvo que esperar dos años para el siguiente regalo. En 1992, cuando la URSS ya estaba enterrada, Reagan invitó al ex presidente a su rancho y le regaló el sombrero de vaquero. Gorbachov lo describe en sus memorias. Comentándolo, el politólogo Serguéi Cherniajovski, dijo con ironía: "El ex césar de medio mundo sigue orgulloso de este hecho. También se sentían orgullosos los siervos cuando los zares les regalaban sus abrigos de pieles. Igual que ellos y Ricardo III de York, quien imploró en un momento de peligro "mi reino por un caballo", este laureado con el Premio Nobel se sentía orgulloso por su intercambio beneficioso: medio mundo por el sombrero del ex presidente estadounidense. Más tarde los invitados de Reagan pagaban 5.000 dólares por tener su foto del ex secretario general de la URSS con el sombrero de los vaqueros de Texas. Gorbachov lo describe con orgullo, sin entender que lo que les atraía tanto, era verle con un gorro de payaso".
Epílogo
En agosto de 1991, tres días después del llamado "golpe de agosto" en la Unión Soviética, Zinóviev escribió las siguientes palabras proféticas: "Ahora todo el mundo cree que la Guerra Fría ha acabado y que éste es el gran mérito de Gorbachov y su equipo. Pero no se suele explicar en qué consistió el papel de Gorbachov. Pasarán años y los descendientes valorarán este papel suyo como se debe: quiero decir, como una traición a los intereses nacionales del país y del pueblo propio. No conozco en la historia otro caso de traición comparable por su escala y consecuencias. La Gran Guerra Patria presentó varios ejemplos de una traición contra el pueblo, pero son una nimiedad en comparación con lo que hizo Gorbachov en tiempos pacíficos. Si los líderes de Occidente hubieran colocado en el puesto de líder del Estado a algún político propio, no hubiesen logrado hacer tanto daño como lo hizo Gorbachov. Actuó como un experimentado agente del aparato del Partido, empleando todas las capacidades del poder del que disponía el Estado comunista".
Alexander Zinóviev dio una respuesta a la pregunta que había planteado él mismo: "La realidad de la historia soviética después de 1985 es tal que un observador objetivo no puede dudar de calificar como una traición las acciones de las autoridades soviéticas con respecto a su población".




https://mundo.sputniknews.com/club_zinoviev/201505131038305013/

Créeme, porque así soy... de todas partes. HOY CUMPLE VICENTE FELIU 70


http://eldiablo-ilustrado.blogspot.com/

 

Hoy, 11 de noviembre, la trova está de fiesta, cumple el trovador Vicente Feliú 70 años. Aquí van algunas maneras en que vamos a celebrarlo.
….
PROGRAMA CANTAUTORES DE RADIO CADENA HABANA (99.9 FM y 1080 AM), de 9.00 am a 10.30 am edición dedicada a la obra de Vicente.
LOS 70 DEL TINTO
Vicente Feliú y sus canciones en concierto celebrando 70 noviembres Centro Hispanoamericano de Cultura, Malecón entre Prado y Cárcel
Sábado 11 de noviembre de 2017. 6:00 PPM
Entrada: $5.00 MN
Invitados (por orden de aparición): Orquesta Solistas de La Habana, Jorge Aragón, Niurka González, Pepe Ordás, Alejandro Valdés, Silvio Rodríguez, Frank Fernández, Alina Neira y Aurora de Los Andes Feliú
Les esperamos
…… .
HOMENAJE A VICENTE FELIÚ Y AL 19 ANIVERSARIO DE A GUITARRA LIMPIA
El próximo 12 de noviembre a las 5 de la tarde en el patio de las yagrumas del Centro Pablo celebraremos el 19 aniversario del espacio A guitarra limpia con la realización del concierto Créeme que seguimos siguiendo en el que un grupo de trovadores latinoamericanos y cubanos homenajeará el 70 cumpleaños de su hermanito de oficio Vicente Feliú, uno de los fundadores de la nueva trova.
Allí estarán entonces Pepe Ordás, Rey Montalvo, Karel García, Mauricio Figueiral y la hija de Vicente, Aurora de los Andes Feliú, quien ha bebido del ejemplo de su padre y también se dedica a regalar poesía con su guitarra.
Por otra parte, nos acompañarán cantautores de varios países hermanos: el paraguayo Ricardo Flecha (que interpretará sus versiones en guaraní de varias canciones de Silvio); Jaz Arenas, de Colombia, y Pedro Munhoz, de Brasil. La complicidad inicial para reunir a estos artistas hermanos hay que agradecerla muy especialmente al cantautor argentino. Gabo Sequeira.
Créannos que seguimos siguiendo, con la compañía imprescindible de la canción, el compromiso y la belleza, para celebrar ese día el 19 aniversario del espacio A guitarra limpia en el que han participado, para nuestra alegría, todas las generaciones y tendencias de la nueva trova cubana.
…………….
VICENTE, EN EL PUÑO UN CORAZÓN

Yo soy de todas partes
donde algún día un corazón se levantó.
Llevo en la frente una verdad como la luz
y en la mirada una barrena a más allá.

Con espíritu martiano, como siguiendo el camino de los versos sencillos, llegó hace ya cinco décadas a la canción cubana Vicente Feliú.
Por allá por los años 63 o 64 llega la amistad en días de Secundaria Básica “José Antonio Echeverría” con un estudiante delgaducho, inquieto, humano, con inquietudes artísticas, Silvio Rodríguez. Llegan los días del Servicio Militar, se separan los dos amigos, y cada cual toma su rumbo, entre el toque de diana, las marchas, el arme y desarme del fusil, las frías e interminables guardias donde filosofar y buscar versos entre la soledad universal, se vuelve una necesidad, una manera de hacer pasar el tiempo en esa larga complicidad con las estrellas.
Un día, quizá de pase, se reencuentran los amigos; ambos habían aprovechado el tiempo para hacer las primeras canciones. Se sientan a compartir sorpresas; están haciendo un tipo de canción rara, según lo que se escuchaba hasta entonces:
A veces miro los libros y miro al portón
y soledad solo encuentro y un hueco en mi ser
y un mono gris que me aúlla cuando no estás tú.  
Vicente Feliú Miranda nació el 11 de noviembre de 1947. Su padre, quien hizo hermosas canciones de amor trovadorescas, fue quien le enseñó a tocar guitarra. Luego vendrían aquellos primeros encuentros con Silvio y tras él Noel Nicola, Pablo Milanés y otros jóvenes que en la convulsión social de eso primeros años de la revolución cubana, buscan decir ese nuevo mundo en sus canciones.    
Yo soy de todas partes
y hacia todas partes llevo mi canción
porque este canto que nació del batallar
ha sido un parto de los que han echado a andar.
Yo soy de todas partes
pues todo sitio es bueno para reposar
y también sé que en mi camino sin final,
mientras más queden, muchos más lo seguirán.

El 18 de febrero de 1968 Haydée Santamaría propone a algunos de estos muchachos que traen canciones que ponen en el punto central de su mirilla a la sociedad cubana, hacer un primer concierto. Un año antes, en julio y agosto de 1967 ella había convocado en Casa de las Américas al Primer Encuentro de la Canción Protesta, al que acudieron más de 50 cantores de todos los rincones del mundo. Isabel Parra y Ángel Parra, Daniel Viglietti, Oscar Chávez, Martha Jean Claude, Peggy Seeger, Los Olimareños, Alfredo Zitarrosa, Raimon, Barbara Dane, Carlos Puebla, Oscar Matus y Armando Tejada Gómez entre otros, se reunieron en La Habana para compartir un canto con elementos comunes, el rescate de lo mejor de la tradición de sus pueblos, y una poética que encarnaba las luchas contra el imperialismo, contra el apartheid, el colonialismo, la guerra en Viet Nam y la liberación de América Latina. Haydée veía en estos jóvenes trovadores cubanos esas mismas inquietudes, de ahí que les brindara su Casa para que empinaran el nuevo canto.
 ¿Quién no ha soñado su velorio,
con los amigos dando espaldas y algún busto de Vallejo?
¿Quién ha vencido a la tristeza,
quién no ha rodado entre sus piernas en las noches solitarias?
¿Quién va a morirse esta mañana?
¿Quién va a morirse esta mañana?
El 18 de febrero de 1968, Casa de las Américas abre sus puertas al primer concierto de la Nueva Trova, Silvio, Pablo y Noel, son los convocados, apenas tienen un puñado de canciones compuestas que tras hora y media se han agotado. El público quiere más, y uno de ellos —algunos creen recordar que Silvio— confesó que ya no tenían más, así que, o repetían las ya cantadas o invitaban a algunos del público que hacían canciones también. De esta manera subieron a mostrar sus primeros cantos Martin Rojas, Eduardo Ramos y Vicente Feliú.
No es fácil, no.
En cualquier calle
te espera el peligro de ser joven
y en cualquier hoja    
se engendra un poema peligroso.

No es fácil, no.
Pero se lucha.

Mal mirados por algunos, porque traen nuevas y hondas luces a la canción, cuestionan y combaten por “virar esta tierra de una vez”, con su acción cotidiana y su mejor arma, la guitarra. Aquellos trovadores, encuentran su espesura poética en el estrecho vínculo con poetas, pintores y escritores, especialmente con el grupo aglutinado por la revista cultural El Caimán Barbudo, como Luis Rogelio Nogueras, Jesús Díaz, Víctor Casaus, Guillermo Rodríguez Rivera, Félix Guerra, Félix Contreras, Fernando Martínez Heredia, y José Luis (el Gallego) Posada.
Amor, qué único ese amor
y único este
que nace de las ruinas de nosotros

(Qué polvorienta el alma se nos queda
después de haber amado 
y amar aún, de otra manera).

Uno de los más grandes creadores de canciones en nuestra lengua, el también poeta y pintor español Luis Eduardo Aute, escribió: 
Cuatro elementos fundamentan a la Nueva Trova Cubana:
el fuego en la ardiente rabia de Silvio Rodríguez;
el aire en las transparentes atmósferas de Noel Nicola;
el agua en la apasionante humedad de Pablo Milanés;
y la tierra, en la firmeza tiernamente humana de Vicente Feliú.
Y ciertamente, son los puntales de aquella primera generación de la Nueva Trova, herederos de un largo camino que viene desde mediados del siglo XIX, como una guitarra que va llegando de trasmano para salvar el alma. Tradición de aliento poético, bohemio, que mira a lo más hondo del ser humano, de su entorno, siempre preocupado por lo que sucede en el mundo, ese que va desde el prójimo más cercano hasta el más remoto paraje donde dos amantes se encuentran, donde un niño sufre, donde un país se baña de sangre tras la lluvia de bombas imperiales. 
Mujer, olvida las razones,
las que no te daré,
las que no son sino
un pacto con la muerte;
las que puedo escribir,
hablar, cantar y pregonar,
cual noticiero a las ocho en el seis;
las que no dicen más
que el cuerpo y no la fe,
las que claudicarán
ante cualquier hastío.

Un buen día nació “Créeme” una canción que ha acompañado a Vicente Feliú como amuleto en su intenso peregrinar por su país y por tantos pueblos, especialmente latinoamericanos. Este tema fue parte de su primer disco, y con él estuvo en el frente, cuando la guerra de Angola, junto a Silvio, y otros músicos que llevaron su arte a los rincones donde silbaban las balas; allí, con su guitarra llevaba también Vicente su fusil al hombro.  
Créeme, 
si no me ves, si no te digo nada,
si un día me pierdo y no regreso nunca.
Créeme que quiero ser machete en plena zafra,
bala feroz al centro del combate.

Otro episodio importante en la vida de Vicente ocurrió en 1979 cuando forma parte de una pequeña delegación artística que va actuar a Bolivia; eran los primeros cubanos que actuaban allí tras el asesinato del Che en 1967. Fueron arrestados durante su concierto Lázaro García, Augusto Blanca, Sareska Pantoja y Vicente. Los golpearon y hasta simulacros de fusilamientos suportaron, alcanzaron estatus casi de desaparecidos. Haydée Santamaría, desde Casa de las Américas, levantó un movimiento de protesta con personalidades de todo el continente, gracias al cual fueron liberados. 
 ¿Quién no ha reparado en que
la muerte es una puta caliente sobre todos los que sienten?
¿Quién no ha entregado una canción,
al menos una, a la muerte, por no seguir su itinerario?
¿Quién va a morirse esta mañana?
¿Quién?
¿Quién va a morirse esta mañana
de hoy?

El camino va por más de 50 años, en los que giras, conciertos, discos, quedan como huellas para buscar a ese trovador en toda la dimensión del término que es Vicente Feliú, —el Tinto, como le llaman sus amigos. Discos como Créeme, No sé quedarme, Arte poética, Guevarianas, Aurora, y Ansias del alba (compartido con su hermano Santiago Feliú) atesoran cientos de canciones, muchas de las cuales son páginas antológicas de la canción cubana, como “Créeme”, “Mujer olvida las razones”, “Mira como te quiero, mujer”, “¿Quién va morirse esta mañana?”, “1975. Canto final”, “Pablo”, “No sé quedarme”, “Cuando vuelva esta vez del mar”, “A los que luchan toda la vida”, y “1974. Canto No 1” que es esa canción para el instante cero del calendario, para empezar un año de las manos del amor:
Comienza el primer día
de un año que comienza contigo.
Un año es siempre un año
y nunca es suficiente
y me besas a las doce
y los amigos se abrazan
y algún hereje se acuesta temprano.

Es un hombre sencillez, tanto en su vida como en su manera de trovar. Casi siempre se presenta acompañado solamente de su guitarra o con algún amigo como Alejandrito Valdés, guitarrista a quien suele vérsele en su mismo camino, sean con sus canciones o con las de otros, pues Vicente gusta de hacer temas de Silvio, Pablo, Noel, o de jóvenes cantautores, así como se adentra en la llamada trova tradicional, regalándonos sus versiones, íntimas, serenas, enamoradas.
Ven a recorrer
todo este día de punta a punta,
ven a recorrerme el cuerpo,
mis puertas, mis ventanas,
ven a recorrer
mi poema de luz y fe
y ven a recorrer
mi esperanza.

Vicente es combatiente de primera línea en toda causa justa, a la par de su nobleza va el temple y la honestidad para salir al paso a lo mal hecho, al burócrata, y con su canto y su obra es parte del pueblo que enfrenta al imperio, que defiende la paz, y que, martianamente, es por naturaleza nuestroamericano, y un hijo de la patria humana.
De ahí obras suyas como el Canto de Todos, que convoca cada día a cantores-cantoras auténticos de nuestros pueblos para acciones diversas.
De ahí que desatara una campaña por los 5 héroes cubanos, musicalizando textos de Antonio Guerrero y extiendo la invitación a otros muchos trovadores, del que han salido múltiples obras.    
Cuando estaba aún en prisión, uno de esos hermanos Antonio Guerrero, desde la penitenciaría Florence, Colorado, en EE.UU. dejó en sus escritos la mejor semblanza de Vicente Feliú:
La Nueva Trova y la poesía son hermanas. Por ello Vicente no tardó en tomar aquellos versos “valerosos, leales y risueños, con más amor que libertad nacidos” y los llevó al centro de su ser: sus canciones, canciones que han cruzado el mar atravesando muros para dar aliento y esperanza, canciones que han elevado el amor, la solidaridad y la justicia hasta donde el odio y la mentira jamás podrán llegar. Pero la hermandad de Vicente con nosotros cinco no parte de esta relación poesía/canción, ella tiene sus raíces en los principios revolucionarios que indisolublemente nos han unido desde hace muchos años y que nos unirán por siempre.       

Créeme
 

Créeme,
cuando te diga que el amor me espanta,
que me derrumbo ante un te quiero dulce,
que soy feliz abriendo una trinchera.

Créeme,
cuando me vaya y te nombre en la tarde,
viajando en una nube de tus horas,
cuando te incluya entre mis monumentos.

Créeme,
cuando te diga que me voy al viento
de una razón que no permite espera,
cuando te diga no soy primavera
sino una tabla sobre un mar violento.

Créeme,
si no me ves, si no te digo nada,
si un día me pierdo y no regreso nunca.
Créeme que quiero ser machete en plena zafra,
bala feroz al centro del combate.

Créeme,
que mis palomas tienen de arcoiris
lo que mis manos de canciones finas.
Créeme, créeme
porque así soy
y así no soy de nadie.




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